Título: MoonLight
Autor: Inuyka
Genero: Yaoi (Lemon)
Pareja: Inodai – Takachi (poquito)
Capítulo: 3/ ¿?
Nota: Me ha costado muuuuuuuuuucho escribir este capítulo y estoy super ocupada, así que sin tiempo y faltada de inspiración... no se cuando tendré el siguiente capi ;_;
- No me hagas repetirlo ¿quieres…? – dijo Takaki un poco molesto.
- Lo siento, es que no me lo esperaba. Bueno, y entonces… ¿Dónde está el problema?
- En que él es un Hosto.
- ¿Y? – Inoo seguía sin entenderlo.
- Que yo me he acostado con él porque me gusta, pero no se si yo le gusto a él. Y estoy preocupado.
- Supongo que si se ha acostado contigo es porque le gustas ¿no? No tiene nada que ver con que sea un Hosto.
- Inoo – dijo Takaki al ver que éste no entendía del todo su preocupación. A veces Inoo era un poco inocente. – Hay muchos Hostos que se acuestan con sus clientes, solo para tenerlos contentos o por dinero.
- Takaki, sinceramente no creo que Chinen sea uno de ellos. ¿No crees? – Takaki afirmó con la cabeza conforme estaba de acuerdo con Inoo. – Es más, estoy seguro que los que hacen eso son una minoría.
- Eres demasiado inocente – susurró muy bajito Takaki con una sonrisa para sus adentros. Había visto en varias ocasiones en el MoonLight a clientes irse con su Hosto por una puerta dónde supuestamente estaban los almacenes de la comida, y no precisamente para ayudarlos. – pero Gracias – le dijo a Inoo con una sonrisa. Él en verdad no pensaba que Chinen fuese uno de esos.
- Hoy no puedo ir al MoonLight, pero mañana si quieres iré y se lo preguntaré a Chinen- Takaki sonrió – y ahora vete a dormir.
Después de eso se tomaron un te cada uno y luego Takaki se fue a su casa a dormir y Inoo se fue a ayudar a su padre en algunas tareas de dirección de empresas. Aunque estuvieran en verano y no tuviera que ir a la universidad, tenía que ayudar a su padre para aprender a dirigir todas esas empresas que algún día serían suyas.
Esa noche Inoo se la pasó trabajando y preparando informes, mientras en el MoonLight…
- Hoy no ha venido tu amigo Chinen – le dijo Yamada mientras acababa de recoger las cosas. Cuando se iban todos los clientes del MoonLight, los hostos se quedaban un rato para recoger algunas cosas.
- Sí… me dijo que hoy no vendría… - le contestó él mirando hacia la nada.
- ¿Chinen que te pasa? – le preguntó Yamada sorprendido, Chinen no solía actuar así.
- ¿Qué me he perdido? – preguntó Daiki mientras llegaba de los almacenes poniéndose bien su camisa.
- Nada, que Chinen esta raro - le contestó Yamada - ¿De donde vienes tú?
- ¿No es obvio? – le contestó Daiki con una sonrisa.
- ¿Otra vez acosándote con un cliente?
- ¿Cómo que otra vez? Hacia mucho…
- ¿No te acostaste ayer con el nuevo jefe? – le preguntó Yamada sorprendido.
- No
- Y… ¿el beso? – siguió preguntando. Pero al oír eso, Chinen pareció volver en sí.
- ¿Te has besado con Inoo? – le preguntó de golpe.
- S-sí
- Pe-pero… ¡Daiki!
- ¿Qué tiene eso de malo Chinen? – Intervino Yamada – No somos como tú, nosotros sí nos acostamos con los clientes. – después de decir eso Yamada se fue hacia otra parte del local.
- No, pero… - se dijo para sí mismo Chinen - ¿Por qué lo hiciste? – Daiki prefirió no contestar, simplemente empezó a recoger en silencio, pero Chinen no estaría contento con su “no respuesta” así que siguió insistiendo - ¿Daiki? ¿Por qué?
- ¿Qué más da? – le contestó al final. Conocía a su amigo y sabía que podía ser muy insistente.
- Pues mucho… tú no solo besas… no será… - paró un segundo para pensar pero Daiki lo cortó.
- ¡No lo digas! – con esa respuesta sus sospechas se había aclarado, pero Daiki no iba a reconocerlo. – Simplemente… lo hice por que sí, no tiene ninguna explicación.
- Está bien… - dijo no muy convencido, pero volviendo a mirar hacia la nada.
- ¿Y a ti que te pasa?
- Nada, sólo pienso…
- ¿En qué?
- En si vendrá mañana… - Daiki puso cara interrogante y Chinen decidió seguir hablando – en si Takaki vendrá mañana…
- Creo que me he perdido algo… - le dijo Daiki sentándose enfrente de Chinen – Venga, cuéntamelo. – Chinen dudó unos instantes pero al final habló.
- Solo si prometes no ponerte histérico
A Daiki esa respuesta no le gustó en absoluto. Chinen le conocía desde hacía mucho tiempo, lo suficiente para saber como reaccionaría ante una noticia. Y si le decía eso, ya se podía preocupar. Pero decidió sonreír y afirmar con la cabeza.
- Vale, pues ayer… -empezó a decir sonrojándose- cuando te fuiste a buscar no se qué al almacén, se acabó mi turno. Como Takaki iba a irse también, pues… me acompañó hasta casa. C-como me sabía mal… pues… le invité a que pasara dentro y… bueno… es que… una cosa llevó a la otra… y al final… me acosté con él. – Daiki no dijo nada solo se quedó con los ojos abiertos y muy sorprendido, su amigo nunca se había acostado con nadie, y menos con un cliente. Chinen se lo quedó mirando y al ver que no decía nada se empezó a poner más y más nervioso, tanto silencio solo era síntoma de un próximo ataque de histeria – Antes de que digas nada, déjame que te diga que.
- ¡CHINEN! – gritó Daiki al empezar a reaccionar - ¡¿Pero como?! – Daiki iba a seguir chillando pero Chinen corrió a taparle la boca con las manos, no quería que montara un espectáculo allí delante.
- Espero que al menos te pagara una buena suma de dinero - dijo Yamada que volvía a estar a su lado – que menos que por tu virginidad…
- No me pagó nada – contestó Chinen con un claro tono de molestia – no lo hice por dinero. Lo hice por que me gusta Takaki.
- Pero Chinen – dijo Daiki apartándole la mano para poder hablar – ya te he dicho que…
- Sí, lo sé. Que no mezcle sentimientos con trabajo. Ya lo sé de veras Daiki, pero de verdad me gusta. – Daiki miró con dulzura hacia su mejor amigo, no podía molestarse con él por eso. Y menos cuando, mientras decía lo mucho que le gustaba Takaki lo decía con esa sonrisa de felicidad tan característica suya.
- Está bien… - dijo vencido al fin – te apoyaré con esto…
- ¿En serio? – dijo Chinen con una gran sonrisa - ¡Gracias Daiki! – le dijo saltando encima suyo.
- Estáis mal… esto no puede salir bien… - susurró Yamada mientras negaba con la cabeza y salía del local para irse a casa.
Al día siguiente, como Inoo le había prometido a Takaki, fue al club después de acabar unos encargos de su padre. Cuando llegó ya eran casi las cuatro de la madrugada y en el local estaba más bien vacío.
Decidió actuar como si no pasara nada, es decir, como si fuera cualquier otro día, pero esta vez, cuando vio a Yabu le pidió que fuera con él Chinen. Yabu aunque le extrañó, afirmó con una sonrisa y se fue a buscarlo rápidamente.
Mientras esperaba paseó su mirada por todo el local buscando inconscientemente a Daiki, pero no lo vio por ningún lugar y se extrañó bastante. ¿Es que acaso hoy era su día libre? Estuvo observando a la gente de allí hasta que llegó Chinen.
Llegó con una sonrisa, pero Inoo detectó al momento que sus ojos no decían lo mismo, su mirada era de preocupación, así que decidió hablar lo antes posible.
- Lo siento, me ha dicho Takaki que no podía venir. – al decir eso, la expresión de Chinen se relajó momentáneamente y se sentó a su lado.
- ¿Y que haces aquí? Me ha dicho Daiki que no te gustan los Host clubs…
- ¿Daiki? ¿Hoy es su día libre? – le contestó ignorando la pregunta del pequeño.
- No, está por aquí… - dijo Chinen, obviamente sabía donde estaba, en los “almacenes” con un cliente, pero no se lo iba a decir. Vio como Inoo empezaba a mirar otra vez por todo la sala así que antes de que siguiera preguntando decidió cambiar de tema - ¿Y por que has pedido que viniera yo?... Si no es una molestia preguntar- dijo con todo el respeto que pudo.
- ¡Cierto! – dijo Inoo mirándolo con una sonrisa – Se me había olvidado. Yo venía a hablarte de Takaki.
- ¿Lo sabes? – dijo en un susurro, aunque lo suficientemente fuerte como para que Inoo lo oyera.
- Bueno, es que lo sé todo de Takaki, lo conozco desde que teníamos los dos unos cinco años…- Inoo iba a contarle la historia de cómo se conocieron, pero al instante siguiente decidió que no hacía falta - ¿Qué piensas de Takaki?
- ¿Qué pienso?
- Sí, ¿Por qué te acostaste con él?
Chinen dudó en que contestar, y sobretodo en si debía contestarle la verdad. Inoo era el mejor amigo de Takaki pero él no lo conocía de nada, solo había cruzado algunas palabras con él. Además era su jefe, y ahora mismo un cliente…
- Sé que como jefe no deberías contestarme… pero de verdad necesito saberlo.
- Como a cliente que eres ahora mismo tampoco debería decírtelo. No podemos hablar de nuestros sentimientos…
- Chinen… - insistió Inoo – a Takaki le gustas, pero ahora mismo tiene miedo de lo que sientas tú. Ya se que no puedes contestarme, pero… ¿como a amigo de Takaki no podrías hacerlo?
- Sí, como a amigo de Takaki sí puedo hacerlo – le contestó con una sonrisa – la verdad es que a mí también me gusta Takaki.
- ¡Genial! – exclamó Inoo levantándose de golpe – Ya no necesito saber nada más. Bueno, me voy a casa. Sería mejor que tu también te fueras Chinen, ya es tarde. Y tranquilo que yo hablaré con Yabu.
Chinen se lo quedó mirando extrañado, pero al final le dio las gracias y se fue a buscar sus cosas para irse a casa, la verdad es que estaba muy cansado.
Inoo mientras tanto, empezó a buscar a Yabu por todo el local, tenía que discutir una cosa con él; cansado de buscar le preguntó a uno de los hostos que estaban por allí y le dijeron que estaba en el despacho. El chico, al igual que todos los empleados del lugar, sabían perfectamente quién era Inoo así que se ofreció a ir él mismo a buscarlo, pero Inoo se negó.
Daiki le había dicho hacía dos días que los despachos estaban al lado del almacén así que sabía dónde estaba Yabu. ¿Y por que negarlo? También quería ver como era el despacho.
Le agradeció al chico y se fue directamente hacia la puerta donde ponía “solo personal autorizado”. Pasó por delante del almacén y se quedó mirando a todas la puertas que estaban es ese mismo pasillo, una de ellas debía ser el despacho, por suerte vio que la del fondo tenía un cartel así que no había perdida. Se dirigió directamente hacia el despacho, pero antes de llegar oyó un extraño ruido que provenía de una de las puertas donde se suponía que había más despachos.
Se acercó más a esa puerta hasta oír algo que no le gustó mucho. Los ruidos eran más bien gemidos.
- M… dios… que bien lo haces Daiki… - oyó muy flojito, pero lo suficiente como para entenderlo.
Inoo entendió al instante que era lo que estaba ocurriendo allí, pero decidió abrir la puerta para estar del todo seguro. Cuando lo hizo se arrepintió al instante. La habitaciones donde se suponía que habían despachos eran en realidad habitaciones con lujosas camas. “Así que en realidad Takaki tenía razón y los hostos se acuestan con sus clientes…” Pensó antes de poder asimilar la escena que tenía delante suyo.
Encima de la cama había un señor de mediana edad, sentado encima de la esquina de la cama, y en el suelo, arrodillado delante suyo se encontraba Daiki con la boca un poco ocupada.
Aunque había hecho suficiente ruido al abrir la puerta Daiki no se inmutó y siguió con su trabajo, pero el hombre sí que se giró.
- ¿Y tu quien eres? ¿Dos por el precio de uno? – preguntó el hombre al ver que Inoo también era un chico joven y muy guapo, seguramente lo había confundido con un hosto.
- No, yo soy el jefe – dijo muy enfadado por la escena.
Al oír eso Daiki se dio cuenta al instante de quien era. No se había detenido porque tampoco era la primera vez que uno de sus compañeros lo encontraban en circunstancias parecidas, pero nunca se imaginó que fuera Inoo. Lentamente se sacó el miembro de la boca y se apartó mirando al suelo.
El hombre sin decir nada más, miró a Inoo a la cara y al saber que era un pez gordo se incorporó, se puso los pantalones y salió de allí murmurando.
El señor ya se había ido pero Inoo seguía en la puerta, estático y mirando a Daiki con furia. Se sentía frustrado, enfadado con Daiki por habérselo encontrado de esa manera con otro, por descubrir que en verdad Daiki era uno de esos que él creía que eran una minoría y sobretodo furioso consigo mismo porque le había dolido.
Daiki en cambio se sentía mal, porque no quería que Inoo supiera esa parte de su vida, y mucho menos que la viera en primera persona. Sintió que debía decir algo, pero no encontraba las palabras adecuadas, así que solo levantó la cara y le miró a los ojos.
- ¿Sabes? Realmente pensaba que eras distinto a todos ellos… - dijo Inoo. Daiki permaneció en silencio - ¿No dices nada?
- ¿Qué quieres que diga? – le preguntó Daiki con los ojos cristalinos.
- No sé, espera una respuesta de las tuyas, algo como “es mi trabajo, y no es tan fácil”
- Pues sí, es cierto, y ahora que sabes la verdad… y que has visto como soy ya puedes irte – Estaba a punto de ponerse a llorar y no quería que Inoo lo viera. Lo que no entendía era porque iba a llorar…
- Solo espero que antes de haberme besado el otro día te hubieras lavado la boca… - espetó Inoo fríamente antes de irse.
Salió de la habitación y se fue hasta el despacho de Yabu, cuando llegó allí, le dijo que Chinen se había ido y se disculpó para irse él también, la verdad es que no tenía ganas de quedarse allí ni un instante más. Cuando volvió a pasar por delante de la habitación no pudo evitar mirar dentro y encontrarse a Daiki llorando arrodillado en el suelo.
Daiki sabía que Inoo tenía razón, sabía que eso no estaba bien, que en verdad no hacía más que vender su propio cuerpo, pero una cosa era saberlo y otra muy distinta que te lo dijeran. Y más si esa persona que te lo decía era… era la que te gustaba.
- ¿Cómo he llegado a esto? – dijo en voz alta sin saber que Inoo se encontraba allí, escuchándolo.
- “A lo mejor me he pasado un poco” – pensó. – “Estaba enfadado, pero no tenía derecho a decirle esas cosas…” Lo siento – dijo haciendo que Daiki se sorprendiera – yo… no tenía porque decirte esas cosas. – después se giró para irse pero Daiki lo detuvo.
- ¡Espera! – dijo levantándose y secándose las lágrimas con la manga – Chinen…
- ¿Qué? – dijo Inoo sin entenderle
– Ya se que no quieres ni verme… pero por favor saca a Chinen de aquí antes de que haga lo mismo que yo. Él de verdad quiere a Takaki.- estaba claro que no dejaría que su mejor amigo acabara como él.
- Iba a hacerlo de todas formas – contestó Inoo antes de irse, y sin girarse se fue por el pasillo hasta cruzar la puerta.
Cuando vio que la cruzaba Daiki cayó de rodillas al suelo y siguió llorando, esta vez libremente y sin retener ni una lágrima.
- Por que… ¿Por qué he tenido que enamorarme de él?... – susurró antes de decidir levantarse e irse a su casa.
Se secó las lágrimas como pudo y salió del local sin dar ninguna explicación para irse a su casa directamente. En cuando llegó allí se tumbó directamente en su cama y se dispuso a dormir, mañana ya sería otro día…
CONTINUARÁ...
hermooosooooooooooooo!!! de verdad..me dejaste muy intrigadaaaaaaa...~_~..pobre mi daichan...debe de sufrir mucho..nooooo
ResponderEliminarinochan fue muy cruel..demo en el fondo tenia razon..ojala y saque a daiki de ese mundo...siiiiiiiii!!!!!!!^^
te quedo super este fic...ARIGATOOOO....continualo..onegai...
esperare con ansias la conti...
jane..!! ^_^
Bien!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarLo has seguido!!! ^^
Te amo *-*
Siiiii, a Chii tambien le gusta Yuyan ^^ Kei tiene que sacarlo de ahí no vaya a...
Waaaaaa Dai-chan T^T Ahora el príncipe Kei te sacará de ahí y vivireis felices en un palacio (asdasdasdas)
La verdad, cuando he leido la parte de Daiki pensé, no, no puede estar haciendo eso T^T
Me encanta como escribes y esperaremos lo que haga falta para el siguiente cap ^^
gakhahdgashfdgffkajfgafhk!
ResponderEliminarsólo es, me encanta tanto que no comento coherentemente <3
waaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarke bonito fic tan aaaaah
por ke daiki tiene ke trabajar de eso
pobresito
Ke bueno ke va a sacar a chinen pero tambien a Daiki
waaaa no puedo hacer un comentario desente
pero enserio siguelo