[Fic] Malentendidos

Éste es un fanfic en que la historia trata sobre ti con tu JUMP favorito, pero para hacerlo primero tienes que seguir las siguientes instrucciones: AQUÍ


Título: Malentendidos

Autor: Matsu

Pareja: Tú x JUMP

Género: fluff bonito e inocente (y cutre) XD

Notas: ojalá pasaran estas cosas de verdad...

[1] – Tu nombre

[2] – JUMP que te gusta

[3] – Buen amigo del JUMP que te gusta

“Les habla el capitán. En breves minutos tomaremos tierra en el aeropuerto de...”

- ¡Ya casi he llegado! *_________*

[1] no pudo evitar revolverse un poco en su asiento. Por fin estaba llegando a su destino, en el que apenas pasaría 48 horas pero que deseaba que fuera inolvidable. Sus amadísimos Hey! Say! JUMP tenían un concierto en la ciudad al día siguiente y una amiga le había regalado una entrada para ir a verles. ¡No podía esperar más!

El avión aterrizó sin imprevistos, tuvieron que esperar los típicos minutos antes de que les dejaran salir, pero [1] no tenía prisa. Había quedado con su amiga por la tarde, cuando ella acabara de trabajar, y apenas eran las 10 de la mañana; podía tomarse su tiempo. Agarró su bolso e iba a salir al pasillo cuando pasó un grupo de personas con mascarillas que parecían tener mucha prisa, haciendo que ella bajara de las últimas. Una vez en tierra, buscó la cinta donde debía salir su maleta, viendo que ya había allí mucha gente reunida, esperando lo mismo que ella. Se puso tras una pareja mayor de aspecto amable, mirando entre ellos si veía su maleta.

- ¡La tuya es la última!

- ¿Qué culpa tengo yo? Idiota...

- ¡Chicos, a callar! ¿No es esa de ahí?

- ¡Ah, sí!

Un chico se acercó corriendo a la cinta y tomó su maleta antes de volver con el grupo y salir todos corriendo de allí hacia la salida de taxis. [1] les miró con cara de sorpresa, qué prisas...

Poco a poco, la gente marchándose con sus maletas y, por fin, salió la suya, la última. La tomó con cara de alivio y fue en busca del tren para ir a la ciudad. Una vez allí, fue a dejar las cosas al hotel y para salir enseguida a disfrutar de la ciudad; ya que estaba, iba a hacer algo de turismo por la zona. Abrió la maleta para tomar algo, pero...

- ¿¡Esto qué es!?

Dentro de la maleta había ropa de hombre, de chico joven bien vestido, cabe decir, algunos relojes, cosas de aseo... Pero ni rastro de su ropa, ni de sus uchiwas ni de su nada.

- Esto tiene que ser una broma...

Volvió a mirar la maleta, la ropa de chico seguía allí. Se dejó caer en la cama, al lado de la maleta y rebuscó en su bolso el billete de avión; encontró un teléfono de contacto de la compañía impreso allí y marcó el número sin dejar de dar vueltas por la habitación mirando la maleta desconocida. Una voz contestó al otro lado de la línea dando un saludo que seguro habría dado miles de veces antes.

- Sí, esto... hoy he volado con su compañía y la maleta que facturé no estaba, pero he tomado otra que es igual pensando que era la mía, pero no lo es, y no sé qué debo hacer ahora.

La persona al otro lado de la línea asimiló rápido lo que le había dicho y le hizo unas preguntas que [1] escuchó atentamente, asintiendo, negando o dando datos cuando tocaba.

- ¿Eh? ¿Si hay nombre en la maleta? En la mía no, pero... ah, ¿esta? Espere.

[1] se puso a revolver toda la maleta, buscando algo que le diera una pista sobre el nombre del dueño. Encontró una libretita con garabatos (no les prestó mucha atención) pero en la primera página había un nombre escrito. Se quedó callada unos segundos, intentando asimilar lo que estaba leyendo. Volvió a leer el nombre y miró la ropa. No tenía por qué ser el nombre del dueño de la maleta y, si lo era, seguro que había más gente con ese nombre... La voz de la chica la sacó de su ensimismamiento.

- Ah, sí, disculpe. El nombre que veo aquí es...

- ¡[3], nos ha tocado compartir habitación! ¡Qué bien!

- Yuju... vamos, deshaz tu maleta, que en un rato tenemos que salir al lugar de ensayo.

- Vaaaale~

[2] estaba contento porque podía compartir habitación con uno de sus mejores amigos dentro del grupo, además de por estar de viaje, eso le gustaba. Abrió la maleta encima de la cama, tomó una camiseta para cambiarse y escuchó una queja por parte de su amigo.

- ¿¡Pero esto qué es!?

- ¿Qué te pasa?

[2] se acercó a [3], que estaba atónito delante de la maleta de [3]. O la que debía ser la maleta de [3]: esa maleta estaba llena de ropa de chica, toda ordenada, y de uchiwas con su cara. La de [2], claro. Este tomó uno y miró con sorna a su amigo.

- [3], sabía que éramos amigos, pero que te consideres mi fan y compres mis uchiwas me da un poco de vergüenza. En este salgo bien, ¿verdad?

- ¿¡Quieres dejarte de tonterías!? ¡Esta no es mi maleta! ¡Es una maleta de chica!

- Vaya, yo pensé que era la tuya. Mira, esto te quedaría bien, te hace juego con los ojos – [2] había tomado un vestido de la maleta y se lo enseñaba a [3] acercándoselo a su propio cuerpo, como si lo llevara él.

- No estoy para bromas, [2]. Quiero mis cosas. NECESITO mis cosas.

- Yo te puedo dejar algo, si quieres.

- No creo que coincidamos en talla.

- Bueno, pues díselo al mánager para que llame a la compañía, a ver si alguien se ha quejado por su maleta.

- Voy a decírselo, ahora vengo.

[3] salió de la habitación, dejando a [2] mirando la maleta. La curiosidad podía con él, al fin y al cabo era la maleta de una de sus fans. Se puso a rebuscar con una sonrisa traviesa, mirando qué tipo de ropa llevaba, qué estilo tenía, imaginando cómo debía ser ella. Porque esperaba que fuera un ella, no podía imaginar a un chico con semejante ropa. Le gustó el estilo que esta llevaba, era el típico que solía poner en las entrevistas de “tipo de chica favorito”. Aunque pensó que quizá ella usaba esa ropa quizá por eso mismo. Fans~. Miró los uchiwas que llevaba: 3, uno de su cara comprado en la gira anterior a esa que tenían ahora y dos con mensajes para él. Pero no de “hazme tal cosa” sino mensajes que sólo pondría alguien que ha leído sus revistas. Decidió buscar algo para descubrir su nombre, o su cara, así que abrió el bolsillo pequeño de la maleta. Metió la mano y sacó...

- El mánager dice que... ¿¡Qué haces con esas bragas!? ¡Suelta!

[2] las dejó corriendo donde las había sacado, todo sonrojado, más que por haberlas visto, por haber sido pillado.

- Estaba buscando algo para ayudar...

- ¿Para ayudar a quién a qué? Espera, mejor no contestes a eso... salido.

- ¡Que no! Quizá hay algo ahí, ¿no? Vamos a mirar, va~

- Tú, quita, lo hago yo.

- ¡Que no, que es mi fan, preferirá que lo haga yo!

- ¿¡Es que se lo vas a decir!? “Como eres mi fan, he rebuscado entre tu ropa interior”. La tendrás rendida a tus pies, seguro.

[2] hizo un puchero, [3] tenía razón. Siempre tenía razón. Maldita sea.

- Por cierto, ¿qué te ha dicho el mánager? ¿Ha llamado?

- Me ha dicho que llamará en cuanto sepa algo más sobre la dueña de la maleta, que con decir “tengo una maleta de mujer” no llegaremos a ninguna parte.

- ¿Veeeees? Primero hay que buscar pistas.

- ¿Entre la ropa interior? ¿Seguro? - Su mirada era de sarcasmo puso.

- Es la única parte de la maleta que no he mirado.

[3] suspiró resignado. Se giró hacia la maleta y empezó a abrir con cuidado el bolsillo.

- No mires mucho, que te emocionas.

- Cállate y ábrelo bien.

Efectivamente, era el bolsillo de la ropa interior. Ambos se sonrojaron un poco rebuscando entre la ropa, pero pronto encontraron algo: una cartera y una libreta. [3] tomó la cartera y la abrió: había algo de dinero, algunas purikuras y un carnet.

- [2], mira... es extranjera

- ¿Qué dices?

Se puso al lado de su amigo para mirar el carnet, y así era, el nombre y la cara no podían engañarle. Y era mona, como había pensado. Jeje~

- Se te nota en la cara lo que piensas, [2]. No te hagas ilusiones.

- ¿Pero no me dirás que en estas purikuras no sale monísima?

- No mires más

Cerró la cartera para que [2] no siguiera mirando. En ese momento tocaron a la puerta. [3] se acercó a abrir, intercambiando unas palabras con su mánager sobre lo que acababa de encontrar y lo que tenían que hacer en ese momento, dejando a [2] observando la maleta con curiosidad. Finalmente cerró la puerta, [2] estaba arreglando sus cosas.

- ¿Ya has acabado de registrar la maleta, pervertido?

- ¡No me llames así! ¿Qué quería el mánager?

- Me ha dicho que ahora llamará a la compañía, que supone que ella también habrá llamado o llamará cuando se dé cuenta, pero que por ahora tenemos que ir a ensayar.

- ¿Te presto ropa?

- ...por favor.

[1] salió del hotel a despejarse un poco del cabreo que tenía. ¡Le habían robado la maleta! Vale, no era un robo, era una confusión, ¿pero qué debía hacer ella con esa maleta? ¿¡Cómo iba a ir al concierto!? Tenía que arreglarse para [2]... ¡Y no tenía uchiwas! Esa idea la frustraba bastante, con lo que se había esmerado en hacerlos. Intentó olvidar el asunto de la maleta un rato y hacer la ruta que había pensado como si no hubiera pasado nada. Suerte que había metido la guía en el bolso, así podría seguir su viaje como había planeado. Abrió la página que había marcado con un post-it y buscó cómo llegar allí.

Viendo que llegaba la tarde y no les avisaban de la compañía aérea, [3] y [2] pidieron permiso al mánager para ir a comprar algo de ropa para el primero, ya que no [2] no tenía tanta ropa para dejarle. Estaban en un centro comercial bien disfrazados viendo ropa que poder comprar, que [3] era un poco especial en ese tema.

- Este mismo, si sólo es para un día.

- ¡No! Que luego salgo en fotos paparazzi y tengo que ir bien – se quejó [3].

- De verdad...

- ¡Ah, este me gusta!

[3] se había ido directo a un colgador con ropa monocromática, creyendo que [2] le seguía, pero iba muy equivocado. Este había salido de la tienda con cara de sorpresa (bueno, los demás no lo veían a través de la mascarilla que llevaba) yendo hacia la tienda de delante, atraído por algo.

- Como lo oyes, un lío con la maleta. ¿Tú crees que este me quedaría bien? – [1] tomó un vestido de una percha y se lo mostró a su amiga.

- Es muy [2], le gustaría seguro.

- Me tiene que gustar a mí y quedarme bien. Pero si le gusta a él, mejor que mejor.

- ¿Y qué pasa con la maleta? ¿Has llamado?

- Me han dicho que me llamarían cuando supieran algo de este tal [3]. ¿Tú crees que puede ser él? Sería bastante increíble cambiar mi maleta con la suya. ¿Te imaginas? – ambas rieron ante la idea. – Voy a probármelo.

Salió apenas un minuto después con el vestido ya puesto. Parecía hecho a su medida, le quedaba genial.

- Qué guapa...

Ambas chicas se giraron y se encontraron a un chico con mascarilla mirándolas apenas medio metro de ellas con cara de salido. Se asustaron y empezaron a chillar, así que el chico salió despavorido de allí.

- ¡Qué susto, qué cerca estaba!

- ¡Japón está lleno de pervertidos!

- Vamos a pagar el vestido y vámonos de aquí.

- [2], dónde estab... ¿qué haces? –[2] venía corriendo hacia él.

-  ¿Has comprado ya? ¿Sí? Vámonos.

Le tomó del brazo y se lo llevó de vuelta a la furgoneta de la empresa, que ya les esperaba en el parking. Una vez en el hotel, [2] le explicó la situación a su amigo.

- ¿Era ella? ¿¡Y por qué hemos vuelto!?

- No creo que le hiciera mucha gracia que el “pervertido” le hablara mucho más.

- ¡Eso te pasa por salido! ¡Controla esas hormonas!

- Perdón...

- Chicos, ¿puedo pasar? – la voz del mánager se oía al otro lado de la puerta, [3] se levantó a abrirle. – Tengo noticias de la maleta.

- ¡Menos mal!

- Dicen que una chica ha contactado con ellos sobre eso y que ahora la están intentando localizar para que la devuelva mañana.

- Mánager, es una fan, seguramente estará en el concierto. – añadió [2].

- ¿Eh? ¿Es eso verdad? – [3] asintió ante la pregunta y le explicó lo que sabían. – Quizá podríamos hacer el intercambio allí, a ver. Voy a llamar a la compañía otra vez. – se marchó dejándoles solos otra vez.

- Si no fuera por ti, ya tendría mi maleta.

- La culpa es tuya por equivocarte en el aeropuerto.

- ¡Cállate!

Al día siguiente, [1] se puso su vestido nuevo (no le quedaba otra) y fue en dirección al estadio en el que tendría lugar el concierto con la maleta  del [3] misterioso. La noche anterior había recibido una llamada de la compañía aérea diciéndole que llevara la maleta justamente al estadio, que allí la avisarían de cómo entregársela a su dueño. Allí tuvo que hacer cola para comprar goods con las consiguientes miradas de las otras fans y cuchicheos de “mira, una extranjera” (lo normal en un concierto Johnny) pero le restó importancia. No pudo comprar tanto como quiso porque el día anterior se tuvo que gastar en cosas que no tocaban, pero aún así se pudo comprar algo. Después fue a hacer cola para entrar, llegando bastante rápido a los que recogen las entradas. Le dio la suya al chico, este la miró, la miró a ella, la maleta y le dijo que esperara antes de empezar a hablar por el walkie con quién sabe. [1] no entendía nada, la entrada tenía su nombre, ¡tenían que dejarla entrar! El chico le hizo señas para que lo siguiera, dejándola bastante confusa. Empezó a llevarla por unos pasillos hasta una puerta que ponía “Sólo personal autorizado” y le indicó que entrara. Lo que encontró detrás de la puerta la dejó helada: [3] y un hombre de mediana edad sentados a una mesa mirándola. Ambos se pusieron de pie y se acercaron a ella.

- Hola, [1]. Esa es mi maleta, ¿verdad?

[1] seguía petrificada. A ver, [3], el famoso [3], ¿le estaba hablando a ella? ¿Y sabía su nombre? ¿Y de verdad era su maleta?

- ¿...Qué?

- Perdona, ¿entiendes japonés?

- Sí, sí... pero... ¿es tu maleta? ¿En serio?

- Sí. En la compañía te dijeron que debías traerla hoy, ¿no? Aquí tienes la tuya, no falta nada.

- Yo revolví un poco buscando un nombre, pero también está todo.

- Gracias. Como agradecimiento y compensación por el lío de la maleta, te hemos cambiado la entrada por una mejor. Mi mánager te acompañará a tu asiento. Disfruta del concierto.

- No hacía falta...

- Sígueme, por favor – el mánager la instaba a irse ya, [3] la saludó y desapareció por otra puerta.

Iba por el recinto siguiendo al mánager y las demás fans los miraban curiosos. [1] no dejaba de mirar el suelo, a ver si así se camuflaba un poco, pero era imposible. No se dio cuenta de a dónde la llevaba el mánager hasta que le dijo “Hemos llegado”. Entonces se volvió a quedar helada. Arena, de las primeras filas, cerca del pasillo. MUCHO mejor que la entrada que tenía sin dudarlo ni un momento. El mánager le hizo media reverencia, a la que la chica respondió y se fue de allí, dejándola con su estupefacción e incredulidad.

El concierto empezó poco después: [1] estaba encantada con el sitio, les veía tan de cerca... de momento sólo volaban y bailaban, no veía el momento de que pasaran por su zona a saludar. Y ese momento llegó, de hecho fue [3] quien llegó primero a su zona, corriendo, trayendo a [2] con él para que la saludara. [1] no cabía en sí de gozo, [2] y [3] reían mucho saludándola, y luego los demás miembros cuando pasaban; las fans de alrededor totalmente eclipsadas por la extranjera, ¿pero a quién le importaba? [1] ya podía decir que el concierto fue el mejor de su vida, verlos tan de cerca, que la vieran y la saludaran... El concierto acabó demasiado rápido, iba en una nube en busca de la salida cuando una mano la agarró del brazo y la llevó hasta un rincón en el que no eran visibles desde el pasillo principal. Alzó la mirada y se encontró a, ni más ni menos, que [2].

- Perdona las maneras, pero como me vean aquí fuera, muero. Toma, esto estaba en tu maleta, se me olvidó volver a meterlo. – le entregó una libretita, su libreta de tonterías.

- ¿¡No la habrás leído!?

- No, tranquila. Pero estaba tu nombre, por eso te encontramos ^^

- Espera... la libreta estaba entre mi ropa interior... – le miró sonrojada, cosa que hizo también él.

- ¡Perdona! ¡Pero teníamos que buscar pistas!

- ¡Pero...!

- Me tengo que ir ya, o si no me matarán no las fans sino los de arriba. Te queda muy mono el vestido, por cierto, aunque ayer te lo dijera y te asustaras.

[2] se inclinó un poco para darle un rápido beso en la mejilla y salió corriendo antes de que [1] pudiera reaccionar siquiera. Cuando lo hizo no había ni rastro del chico y un staff le decía que debía salir del recinto, que iban a cerrar. Salió de allí aún un poco perdida y se dirigió a la estación del tren guiada por la multitud de fans.

¿Había sido real? ¿No solo había hablado con [3] y [2], sino que había visto a todo el grupo de cerca y encima [2] le había dado un beso? El día anterior... ¿¡era el pervertido aquel!?

Se dio cuenta de que aún llevaba la libreta en la mano, así que decidió guardarla en el bolso, pero se detuvo al ver que había un papel que sobresalía. Lo sacó y vio que había algo escrito a mano: una dirección de email, un teléfono y un mensaje que ponía “Me encanta que escribas tonterías sobre mí en tu libreta ^-^ Tener una fan tan guapa me hace feliz. ¿Nos vemos en Tokyo?♥”. Empezó a reír como una tonta, observada por las fans de su alrededor como si estuviera loca. Sí, estoy loca... pero tengo una suerte que ya os gustaría tener a vosotras...

FIN?


Y que cada cual siga la historia como quiera XD