[Fic] Tardes de estudio

Título: Tardes de estudio

Autor: Matsu

Género: Lemon

Pareja: Yabunoo

Comentarios: dedicado a todos aquellos que tenemos que estudiar pero no tenemos ganas lol no, bueno, no sé qué decir... no sirvo para escribir estas cosas, lo siento .___. mejor me dedico a traducir XD

- ¡No entiendo nada!

Yabu soltó los apuntes encima de la mesa y se reclinó hacia atrás en su silla, soltando un suspiro largo. Llevaba un buen rato intentando entender los deberes que le había puesto uno de los profesores de la universidad pero no lo conseguía.

- Déjame ver, quizá te pueda ayudar…

Kei acercó su silla y tomó los apuntes. Les echó un vistazo rápido, soltando “ah, claro”, “sí” y “ya veo” de vez en cuando.

- ¿Lo entiendes?
- Ni una palabra.
- ¡Kei! – Yabu había tenido la esperanza de que su amigo lo entendiera y le ayudara, pero se había quedado con las ganas. Hundió la cara en sus manos – ¿Ahora qué hago?
- ¿Es para mañana?
- No, es para de aquí a tres días.
- Entonces relájate. Mañana compáralo con tus compañeros y verás que entre todos lo podéis hacer.
- ¡Pero quería tenerlo hecho para mañana! Luego no tendré tiempo a hacerlo…
Kei dejó sus propios apuntes en la mesa y miró a Yabu pacientemente.
- ¿Cómo no vas a poder hacerlo? Tienes cada cosa…
- ¡Pero tenemos mucho trabajo esta semana! ¿Por qué me metí en la universidad? ¿Cómo lo haces tú? – Yabu le miraba desesperado.
- Lo mejor es distraerse un poco de tanto en tanto, para no saturarse.
- ¿¡Pero cómo me voy a relajar!? No pued-

Las palabras de Yabu se vieron interrumpidas por unos labios sobre los suyos, por los labios de Kei sobre los suyos. Se quedó helado.

- Bien, por fin te has callado. ¿Mejor ahora? – Yabu seguía sin moverse - ¿Hola?
- ¿…A qué venía eso?
- Me estabas sacando de quicio con tanto histerismo y pensé en callarte. Y bueno, así es más divertido, ¿no?

Y lo remató con una sonrisa en la cara. Yabu no sabía qué pensar de ese beso. Sí, había sido efectivo para callarle, pero ahora no se iba a concentrar en su trabajo seguro. Volvió su mirada a los apuntes, intentando leerlos de nuevo, pero ninguna de las palabras allí escrita le llegaba al cerebro.

- ¿Estás bien? Estás como ausente. ¿Quieres repetir?
- ¿¡Qué!?

Y otra vez volvió a notar los labios del menor moviéndose encima de los suyos. Decidió que, ya que el chico había pasado de su opinión sobre volver a besarle, bien podía disfrutarlo. Al fin y al cabo, el beso no se sentía para nada mal…

Kei se sentó en su regazo sin romper el beso y puso sus brazos detrás del cuello del mayor, enredándole una mano en el pelo, profundizando el beso. Lamió el labio inferior de Yabu, pidiendo permiso para entrar, permiso que se le otorgó casi de inmediato. Las manos de Yabu encontraron su camino hasta las caderas de Kei, sujetándolo para que no se moviera casi inconscientemente. Era un beso lento y profundo, con sus lenguas jugueteando de una boca a la otra; un beso dulce que no querían terminar. Kei empezó a mover sus caderas encima del regazo de Yabu, haciendo fricción, provocándole gemidos que no llegaban a escapar de sus labios. La falta de aire les obligó a separarse, pero no se alejaron demasiado el uno del otro. El menor apoyó su frente en la de Yabu, mirándole directo a los ojos. Su mirada era indescifrable para el mayor. Quiso decir algo, pero no sabía qué, se había quedado mudo. ¿Por qué Kei hacía todo esto? ¿Por qué le estaba gustando tanto?

- No pienses, sólo disfruta – le susurró Kei en el oído, antes de darle un pequeño mordisco que le hizo suspirar.

Los labios del pelinegro empezaron a bajar por su cuello a la vez que sus manos le abrían la camisa. Y no se detuvo ahí, también le desabrochó el botón del pantalón y metió su mano dentro, agarrando el miembro del mayor. Yabu soltó un gemido bajo echando la cabeza hacia atrás, dejándole mejor acceso a su cuerpo al otro chico. Kei le estaba masajeando lentamente su miembro mientras daba pequeñas lamidas en su torso desnudo, provocándole pequeños gemidos que no podía acallar. El menor se separó y se arrodilló frente a él, sin soltar su erección ni un momento. Con la otra mano abrió más el pantalón de este, dejándola libre.

- ¿Qué…?
- Shht, no digas nada.

Y le dio una pequeña lamida a la punta antes de introducirse la mitad del miembro en la boca. Yabu volvió a gemir, intercalando el nombre de Kei cada vez que su lengua experta le provocaba una oleada de placer. El menor lamía su erección lentamente, de arriba abajo, a la vez que su mano le masturbaba. Yabu se estaba volviendo loco sintiéndolo, pero verlo tampoco le hacía tranquilizarse, más bien al contrario. Se sentía demasiado bien como para querer que acabara nunca. Pero lo hizo: se vino en la boca del menor apenas unos minutos más tarde, descargando también toda la tensión que tenía acumulada. Kei lo tragó todo y lamió los restos del miembro del mayor antes de levantarse y arreglarse la ropa. Le dio un corto beso a Yabu y volvió a sentarse en su silla, tomando los apuntes que había dejado antes de… eso.

Yabu no se podía creer lo que veía. ¿Lo habría soñado? Se miró pero llevaba la camisa aún abierta y podía ver su miembro perfectamente. Así que no. Se arregló la ropa lo más rápido que pudo y se sentó bien, mirando a sus apuntes. Poco después, se giró hacia Kei.

- No lo entiendo.
- ¿Lo has vuelto a leer y sigues sin entenderlo? – dijo Kei sin siquiera levantar la vista del libro que consultaba.
- Eso no, lo que acaba de pasar. ¿Qué ha pasado?
- Yabu, pensé que eras lo bastante mayorcito como para saber el nombre de lo que he hecho.
- ¡No me refiero a eso! ¿Podemos hablar seriamente?
- Vale. – Kei dejó el libro y miró a Yabu. – Tú estabas nervioso, así que he hecho que descargaras tensiones. ¿No te sientes mejor ahora?
- Sí, pero…
- Ya te dije que yo me distraigo un poco cuando me estreso con los trabajos. Yo lo hago solo, pero pensé que siendo tu primera “distracción” podía ayudarte. Y no es que yo no lo haya disfrutado.
- Pero si no te he hecho nada…
- Ni lo vas a hacer, bastante tiempo he perdido contigo. Yo sí tengo trabajos para mañana, déjame seguir.
Yabu no se lo podía creer. De verdad que Kei era muy random.
- Mira tus apuntes un rato e intenta sacar algo en claro. Si lo consigues, puede que te distraiga otra vez – otra sonrisa de Kei.
- ¿Y si no?
- Si no, si me estreso yo con este trabajo, puedes distraerme tú a mí. Y si ambos conseguimos hacer lo que toca, podemos recompensarnos mutuamente. ¿Te hace?
Yabu no pudo más que sonreír con el menor.

Y así fue como aquél día ambos se esforzaron en hacer sus trabajos lo mejor y antes posible, y como empezaron sus encuentros de estudio, aunque ni compartían especialidad ni universidad. Siempre es de ayuda tener a alguien al lado que te motive a estudiar, ¿no es así?

FIN