Título: MoonLight
Autor: Inuyka
Genero: Yaoi (Lemon)
Pareja: Inodai – Takachi (poquito)
Capítulo: 2/ ¿?
CAPÍTULO II
Cuando se hizo de noche llamó a su amigo y quedaron en verse directamente en el club. Mientras tanto allí…
- Bueno chicos, tengo que decir algo antes de abrir – empezó a decir Yabu, el encargado del local. Todos los “hostos” se situaron a su alrededor – quiero que sepáis que el jefe ha vendido el local.
- ¡¿Cómo?! – exclamaron todos preocupados.
- Tranquilos, todo seguirá igual, lo único que el jefe es distinto.
- Pero… ¿Por qué lo vendería el jefe? – preguntó Chinen curioso.
- ¿No está claro? – le contestó un chico un poco más alto que él y con el pelo moreno – por una buena suma de dinero.
- ¡Yamada!
- Perdón Yabu. Pero entonces… ¿no nos tenemos que preocupar por nuestro puesto de trabajo?
- No - Yabu negó con la cabeza y todos suspiraron aliviados.- Bueno, ¡ahora a trabajar! Seguramente esta noche vendrá así, que portaos especialmente bien.
Todos asintieron con energía y se fueron a sus puestos de trabajo mientras Yabu se dirigía al portero para avisarle de que ya podía abrir. En pocos minutos el local se empezó a llenarse, pero no fue hasta las dos de la madrugada que llegaron Takaki e Inoo.
En cuando entraron por la puerta Yabu les vio y fue rápidamente a hablar con ellos. Se acercó, les hizo una reverencia y les llevó a una de las mejores mesas, a las que llevaban los clientes más especiales.
Desde la mesa de los empleados, los Hostos que de momento estaban libres vieron como les trataba Yabu y comprendieron que alguno de ellos dos era el nuevo jefe.
- Mira Chinen, ¿ese no es el chico que viene siempre por ti? – le preguntó Yamada.
- Sí, es Takaki… ¿será él el dueño o su amigo?
- Lo sabremos rápido. – le contestó Yamada – ayer estuvo con Daiki, y hoy ya está con unos clientes, si es nuevo jefe Yabu irá a buscar a Daiki.
Como si Yabu hubiera escuchado hablar a Yamada, se inclinó hacia Takaki e Inoo y se giró haciendo señas a Chinen para que fuera con ellos, y luego se fue corriendo a la mesa donde estaba Daiki. Estuvo unos minutos allí haciendo reverencias y al final se llevó a Daiki.
Yamada sonrió triunfante al ver que llevaba razón, y luego se dirigió hacia Daiki y Yabu, que también lo llamaba.
- Sé extremadamente amable con estos clientes Yamada – le ordenó Yabu – se han quedado sin su Hosto y no están de muy buen humor. – Yamada asintió – ah! E invítales varias veces a bebidas. Todas las que quieran.
- ¿Es él el nuevo dueño? – preguntó Yamada antes de irse. Yabu afirmó con la cabeza – Pues entonces se muy amable con él Daiki. – sonrió y se fue dando saltitos hacia los clientes con los que antes estaba Daiki.
- No hace falta que lo digas – susurró Daiki
Yabu lo acompañó hasta la mesa donde ya estaban Chinen y Takaki hablando animadamente, les sonrió y se fue otra vez rápidamente ya que lo llamaban otros clientes.
- ¡Hola! – Dijo Daiki con una sonrisa mientras se sentaba al lado de Inoo – Espero que no hayas esperado mucho.
- No mucho. ¿Quieres algo para beber? – Daiki dudó unos instantes pero al final contestó.
- M… no debería beber…
- Da igual. Yo invito – Inoo no hizo a lo que le acababa de decir Daiki y avisó a un chico que pasaba por allí que les trajera dos bebidas.
El chico se las trajo a los pocos minutos, se las dejó en la mesa e Inoo las cogió para servirse. Daiki que hasta entonces había estado callado y en su mundo reaccionó y le cogió la botella de las manos para servirle él.
- Deja que al menos te la sirva yo – Inoo le miró con una sonrisa y le acercó su vaso. – La verdad es que no pensaba que volverías tan pronto. Pensaba que no te gustaban estos sitios.
- Y siguen sin gustarme.
- Entonces… ¿Por qué has comprado el local? ¿Por qué has vuelto?
- ¿No lo imaginas? – contestó con otra pregunta Inoo mientras miraba a los ojos de Daiki y se acercaba un poco.
Su cabeza le grito “¡peligro!” pero su cuerpo no se movió ni un centímetro en la dirección contraria en la que estaba Inoo. Notó como sus mejillas se sonrojaban levemente y sus ojos se dirigieron hasta posarse en los labios de Inoo que parecían muy suaves y dulces. No sabía exactamente el porqué pero quería probarlos.
Inoo se fue acercando más y más hasta quedar a unos escasos centímetros de Daiki, y entonces habló.
- Pues para jugar a economías, ¿no esta claro?
- ¿Q-qué? – fue lo único que logró decir Daiki mientras abría por completo los ojos.
- Que veo interesante poder gestionar una empresa de este tipo – dijo mientras se alejaba y se sentaba otra vez en su sitio. Luego tomó el vaso que le había llenado Daiki y se lo bebió entero como si fuera agua.
- Así que somos tu nuevo juguete – dijo Daiki de mala gana.
- Hombre tampoco es eso…
- Bueno da igual – le cortó Daiki – iré a por más bebida – después de decir eso se levantó. Iba a irse pero Inoo lo detuvo al cogerlo del brazo.
- Espera… ¿Te has… enfadado?
- No – le dijo cortante Daiki e Inoo lo soltó al instante.
Se fue a pasos rápidos hacia donde estaba la barra, ¿Por qué ese chico le sacaba de sus casillas? No es que actuase muy distinto de los demás clientes…
Estaba acostumbrado a tratar con hombres egoístas y egocéntricos, que solo se preocupaban de ellos mis mismos y que iban a ese local a pasar el tiempo. Estaba acostumbrado a escuchar sus penas, acostumbrado a cumplir sus caprichos y a veces incluso a que le pidieran algo más que mimos. Sabía que lo que pasaba en el trabajo se quedaba allí y no debía mezclar sentimientos, pero precisamente enfadándose con Inoo mezclaba sentimientos, aunque no supiera exactamente de que tipo, y eso es lo que le daba más miedo.
Llegó hasta la barra y allí pidió una botella de Zima, pero el chico de las bebidas lo mandó al almacén, ya que en la barra se había acabado.
Inoo que lo miraba desde la silla decidió levantarse y seguirlo. Total era su local y no estaba mal echarle una ojeada. En cuanto se levantó Takaki, que empezaba a estar borracho lo miró con cara de interrogación, pero Inoo solo le dijo que iba al baño. Takaki sonrió torpemente y empezó a cantar una canción con Chinen.
Se dirigió rápidamente hacia la puerta que acababa de cruzar hacia unos instantes Daiki. Cuando entró se encontró con un pasillo bastante largo, pero por suerte la primera puerta a mano derecha estaba abierta y pudo ver allí a Daiki abriendo una caja que según la etiqueta era de alcohol.
- ¿Haciendo recados? – preguntó Inoo asustándolo
- ¿Qué haces aquí? Este no es sitio para clientes… - acabó de abrir la caja y la intentó levantar pero pesaba mucho.
- Lástima que también sea el jefe, puedo pasar por estos sitios.
- No te pierdes nada, solo es el almacén de la comida y bebida.
- ¿Y las otras puertas? – preguntó curiosos y haciendo que Daiki se incomodara.
- So-solo son despachos – Inoo notó al instante que Daiki estaba mintiendo pero no quiso insistir más, se acercó donde estaba él y se dispuso a ayudar a Daiki con la caja. Cuando Daiki se dio cuenta lo alejó de un pequeño empujón - ¡Por favor no hagas esto!
- ¿Qué te pasa? ¿Nunca aceptas ayuda?
- No, ya te lo he dicho, seas un cliente o el jefe, este es mi trabajo. ¿No puedes ir a sentarte en la mesa y esperarme un momento?
- ¿Y no se supone que tu deberías estar todo el rato conmigo y haciéndome la pelota?
- Sí pero… - Daiki sabía perfectamente que Inoo tenía razón, pero solo con estar con él se ponía nervioso y se acababa enfadando por nada – pero… -empezó a pensar que contestarle y al final dijo la única tontería que se le pasó por la cabeza. – Bueno… tampoco es que te gusten los “Host Clubs” así que no quiero agobiarte.
- ¿Quién te ha dicho que me agobie tu presencia?
- Bu-bueno es normal, si no te gustan. Además tu solo has venido para ver tu nuevo… tu nuevo – iba a decir juguete, eso era lo que creía que significaba todo esto para Inoo un juego, un caprichoso juego de niño rico. – tu nuevo… nada – dijo al final.
- ¿Qué ibas a decir?
- No… nada, da igual.
- En serio… ¿Qué ibas a decir?
- Un juego, eso iba a decir. Por que claro para tí es muy fácil comprar un sitio de estos y en cuando te canses lo vuelves a vender. O si se va a la ruina, ¿mala suerte no? ¡Ya tendrás otro estúpido juego con el que jugar!
Inoo sonrió triunfante ante la declaración de Daiki, pero este no pareció entender porque Inoo se reía de esa manera.
- En verdad no compré este sitio para jugar.
- Entonces por que… - Daiki levantó la mirada encontrándose con la de Inoo demasiado cerca para su gusto.
O eso pensó él al principio, porque lo único que hizo su cuerpo fue acercarse más y más hasta estar a muy poca distancia con la cara de Inoo.
Sabía que antes había habido una situación igual y que en el último momento Inoo se había apartado y no quería que eso volviera a pasar, no le dejaría. Sacó valor de algún lugar de su pequeño cuerpo, y sin dejar de mirar a los ojos de Inoo eliminó el pequeño espacio que había entre los dos.
Inoo se sorprendió al principio, pero ese contacto, a diferencia de lo que había pensado anteriormente, no le molestó. Es más le gusto. Los labios de Daiki eran dulces y suaves así que sin pensárselo mucho empezó a corresponderle el beso.
Rápidamente ambos abrieron sus bocas para dejar que sus lenguas se entrelazaran, pero pronto alguien los interrumpió. Oyeron como alguien estaba en la puerta y se separaron al instante.
- Yo… perdón – dijo Yamada desde la puerta – solo venía a buscar las bebidas porque Daiki tardaba demasiado… - sin decir nada más se acercó hasta la caja y la cogió sin problemas, luego se la llevó pero antes de irse habló otra vez – Daiki, ¿Por qué no mejor os vais a una habitación?
- ¿A que se refería? - Preguntó Inoo curioso cuando Yamada estaba lo suficientemente lejos como para oirlo.
- A… nada. – contestó Daiki mirando hacia el suelo y ligeramente sonrojado.
- ¿Por que me has besado? –preguntó de golpe Inoo e ignorando la pregunta que él mismo había echo segundos antes.
- Bueno… es que… es un regalo para clientes especiales – dijo al fin. Daiki no estaba dispuesto a decir que lo había besado porque le había apetecido, no iba a reconocerlo. Así que optó por decirle una media mentira, ya que con clientes especiales sí se había besado e incluso había echo bastante más que eso.
- ¿Clientes especiales eh? – dijo Inoo apartándose y yéndose – Bueno me voy. Hasta otro día.
- ¡Un momento! – gritó Daiki haciendo que Inoo se detuviera al instante - al final no me has dicho porque compraste el MoonLight.
- Para no tener que pagar cada noche el triple. – dicho eso ignoró la cara de sorpresa de Daiki y salió de ese lugar.
Se dirigió a la mesa donde había dejado a Chinen y Takaki pero ya no se encontraban allí, así que se despidió de Yabu se fue a casa.
En cuanto llegó se fue al comedor y se puso a ver la televisión. Aunque era tarde y no hacían nada interesante en la televisión no tenía sueño, y para estar tumbado en la cama, mejor era quedarse en el sofá y ver alguna tonta película. En verdad, aunque estuvo mirando la película por más de dos horas hasta quedarse dormido en el sofá, no le prestó mucha atención. Su cabeza estaba recordando el tacto de esos dulces labios de las palabras que salían de ellos. “A que se refería cuando le dijo que era un regalo para clientes especiales” se preguntaba una y otra vez, pero sin encontrar ninguna respuesta a aquellas preguntas.
A la mañana siguiente le despertó una criada. Le dio las gracias y se fue a su habitación para dormir un rato más, al menos hasta que le llamó Takaki al mediodía siguiente.
Quedaron en un café donde solían verse. Cuando Inoo llegó Takaki ya estaba allí y a juzgar por su cara y sus ojeras no había dormido mucho en toda la noche.
Cuando se sentó Takaki lo miró a los ojos con cara de preocupado haciendo que Inoo se preocupara también.
- ¿Qué ha pasado?
- Es que Inoo… yo… me he acostado con Chinen
- ¡¿Qué?!
CONTINUARÁ...