lunes, 31 de enero de 2011

[Fic] MoonLight. Cap 1

Título: MoonLight
Autor: Inuyka
Genero: Yaoi (Lemon)
Pareja: Inodai – Takachi (poquito)
Capítulo: 1/ ¿?



- ¡Hasta luego papa! – Gritó Inoo mientras se dirigía a la puerta.
- Espera un momento – le gritó su padre mientras bajaba por las escaleras de mármol que se encontraban en el medio de la sala habiendo que su hijo se detuviera – hoy es tu cumpleaños y aún no te he regalado nada.
- No hace falta que me regales nada, ya te lo he dicho.
- Pero cumples 20 años, quiero hacerte un regalo – le repitió su padre – pídeme lo que sea.
- Está bien – cedió al fin Inoo- pensaré en algo – su padre le contestó con una sonrisa – ahora me voy que me está esperado Takaki.
- Ves con cuidado
- Lo tendré – dicho eso salió de su casa, que más bien era una mansión y se dirigió hacia el coche, que lo estaba esperando.

En menos de cinco minutos llegó a casa de su mejor amigo Takaki, y juntos se dirigieron al centro de la ciudad, concretamente a Roppongi.

- Takaki, repíteme porque hemos venido a este local de hostos…
- Muy simple, es tu cumpleaños y te dejé elegir, pero como no querías ir a ningún sitio, yo elegí – le respondió Takaki feliz
- Ya pero… ¿un “Host club”?
- Ya Inoo… - le dijo Takaki dándole golpecitos en el hombro – ya verás como te lo pasas bien. ¡Vamos a pasarnos-lo bien como adultos!

Inoo lo miró con cara de pocos amigos y sin acabarse-lo de creer, pero igualmente siguió a su amigo y se adentró a ese club, al fin y al cabo Takaki siempre tenía razón.
Cuando entraron el encargado se acercó a saludar a Takaki rápidamente y con amabilidad e Inoo no puedo evitar pensar que últimamente Takaki frecuentaba por ese sitio.
Se sentaron en una de las mesas más apartadas del local y pronto un chico bajito con el pelo negro y una sonrisa muy dulce se acercó con un bol pequeño de palomitas.

- ¡Hola Takaki! – dijo ese chico sonriente
- Hola Chinen – le contestó – Te presento a mi amigo, Inoo, ¿podrías traer a alguien para que no se aburra?
- ¡Claro!- le contestó él - ¿Quieres a alguien en especial Inoo?

Inoo se quedó callado un momento, realmente no estaba acostumbrado a ir a sitios de esos, de hecho, era la primera vez que iba a un “Host club” una bar de acompañantes, y se sintió incomodo. Miró hacia todos los lados, el local estaba lleno de hombres viejos y señoras adineradas sentados junto con chicos más bien jóvenes, estaba seguro que la mitad de ellos no llegaban a la mayoría de edad japonesa, los veinte años. La mayoría de ellos estaban con bebidas, seguramente alcohólicas, mientras reían tontamente.
Mi mirada fue pasando por cada mesa hasta que llegó a una mesa con solo un grupo de chicos jóvenes, seguramente eran los chicos que aún no habían sido “escogidos”. En ese momento uno de ellos pareció decir algo divertido, ya que todos empezaron a reír. Y fue en ese momento que la mirada de Inoo quedó clavada en uno de ellos, uno que tenía el pelo teñido de color castaño claro, con algunas pechas. No parecía muy alto, y estaba seguro que era bastante más pequeño que él “unos 17 años” pensó. Pero lo que sin duda le llamó la atención fue su sonrisa, en un instante quedó cautivado por ella.
Pero pronto se dio cuenta de que ese chico, Chinen esperaba una respuesta, así que decidió contestarle.

- No, en verdad no – le dijo al final con una sonrisa.
- Está bien, ¡te traeré a alguien muy guapo! – después de decir eso Chinen se fue con una sonrisa.
- ¿Qué te traes con ese niño Takaki?
- No se a que te refieres – le contesto su amigo cogiendo una palomita – y no es ningún niño – añadió.
- Sabes perfectamente a lo que me refiero. ¿Cuántas veces a venido aquí?
- Últimamente, bastante.
- ¿Y solamente a ver a… a Chinen?

Takaki iba contestar pero no tuvo tiempo ya que Chinen llegó con dos botellas de Zima (una bebida japonesa parecida a la cerveza, pero con otro gusto) en una mano y con un chico en la otra mano. Exactamente aquél chico.

- ¡El señor Yabu dice que invita a la primera ronda! – exclamó Chinen con una sonrisa mientras dejaba una botella delante de cada uno. - ¡Ah! Y Inoo te presento a Daiki.
- Encantado – dijo Daiki mientras se sentaba al lado de Inoo, extremadamente cerca de él.
- Igualmente – dijo Inoo apartándose un poco, a lo que Daiki sorprendió.
- “¿No se supone que viene aquí para estas cosas? ¿Porqué se aparta?” – pensó. Luego cogió el vaso que estaba encima de la mesa - ¿Te sirvo? – le preguntó con una sonrisa coqueta.
- No hace falta gracias – le contestó Inoo cogiéndose él mismo la botella de Zima y vaciándola en el vaso.

Daiki se quedó atónito, en todo el tiempo que llevaba trabajando allí nunca nadie le había tratado tan fríamente. Pero no dijo nada, se limitó a sonreír, al fin y al cabo, ese era su trabajo.

-O-oye… - dijo Daiki al cabo de un rato en que Inoo ni siquiera le había mirado y había empezado a beber de su bebida - ¿quieres que venga otro chico?
- ¿Por? – preguntó Inoo parando de beber.
- No se… es que quizás no te gusto y prefieres a otro…
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Solo mira a tu alrededor – dijo Daiki. Inoo le hizo caso, todos los que veía estaban riendo y se sentaban unos cerca de los otros.
- Así que, si en teoría me gustases, ¿estaríamos como todos esos?
- Bueno… es que… - empezó a decir Daiki con la cabeza baja, pero Inoo le cortó
- Lo siento – Daiki levantó la cabeza de repente. ¿Se había disculpado? ¿Desde cuando los clientes se disculpaban con él? – me temo que yo no soy como el resto de los clientes que sueles tener por aquí, ¿verdad? – Inoo sonrió provocando que Daiki se pusiera nervioso. Estaba claro que no era como cualquier otro cliente – es la primera vez que vengo a un sitio de estos.
- Ah… entonces, no pasa nada – dijo Daiki con una sonrisa acercándose otra vez de nuevo a Inoo y cogiéndole la botella y sirviéndole más alcohol – yo te enseño como funciona esto – Cuando acabó miró a Inoo directamente a los ojos acercándose más, pero dejando cierta distancia – ya verás como te acostumbras muy fácilmente – dijo prácticamente susurrando debido a la corta distancia que había entre los dos.
- En verdad – dijo Inoo apartándose de nuevo – creo que estos sitios ni siquiera me gustan – Daiki puso cara de interrogación pero habló.
- Entonces… ¿Qué haces aquí?
- Buena pregunta. Acompañar a este, supongo – le contestó Inoo señalando a Takaki. Daiki los miró y él decidió hacer lo mismo.

Cuando se giró para ver a su amigo se lo encontró, hablando con ese tal Chinen muy acaramelados, así que decidió dejar de mirarlos.

- ¿Viene mucho por aquí? – preguntó Inoo sorprendido.
- Bastante – y otra vez se hizo el silencio, Daiki no sabía que hacer o que decir e Inoo, simplemente prefería permanecer callado. – y… ¿A que te dedicas? – preguntó al fin.
- Soy estudiante - Daiki lo miró y con la mirada esperó a que hablara algo más – de arquitectura.
- ¿Eso es muy difícil? – le preguntó otra vez Daiki haciendo un puchero
- ¿Siempre te portas así? – le preguntó Inoo molesto
- Es mi trabajo, y sí. Así que si no te gusta o pides a alguien más o simplemente te vas – ante el comentario de Daiki Inoo solo sonrió - ¿Qué pasa?
- Nada, solo que prefiero esa personalidad a la que finges normalmente con la gente.

Al parecer ese comentario le gustó a Daiki ya que sonrió y empezó a hablar más tranquilamente con Inoo. Estuvieron hablando de tonterías, con completa naturalidad como si hiciera mucho tiempo que se conocían. Para Daiki esto era raro, no era el tipo de conversaciones que solía tener con sus clientes, esta conversación se parecía más a las que tenía con sus amigos.
Al cabo de las horas la conversación acabó derivando en un tema al que Daiki no prefería tocar, sobre su trabajo.

- ¿Y como acabaste trabajando aquí?
- Bueno, hay un chico que está por allí – dijo Daiki señalando a un chico de pelo castaño- Yamada, se llama. – paró un segundo para recordar lo que estaba diciendo y para maldecirse por haber aceptad la invitación de Inoo y beber – Él encontró trabajo aquí y me trajo para que hiciera la entrevista.
- ¿Y es duro? – se interesó Inoo, la verdad es que no entendía como había gente que se podía dedicar a eso.
- Bueno… se cobra bien – le contestó Daiki
- Pero… ¿te gusta?
- ¿A que te refieres?
- No sé… parece como si el trabajo consistiera la mayor parte del tiempo en hacerles la pelota a un montón de viejos pervertidos mientras ellos te intentan meter mano – Daiki cerró los ojos y afirmó con la cabeza.
- Y es así
- Entonces… ¿Por qué no lo dejas?
- No es tan fácil
- Sí lo es
- Necesito el dinero
- Puedes trabajar de otras cosas. ¿Por qué no te alejas de este mundo? – Inoo paró un momento para reflexionar lo que le estaba diciendo a ese chico que conocía de apenas unas horas pero seguía hablando – Hay muchos sitios mejores que este.
- ¿Te crees que no lo sé? – le contestó Daiki enojado, ¿Por qué se metía en su vida? – pero no todo es tan bonito. No aparecerá un príncipe encantador que tenga dinero y me saque de aquí.
- Yo podría sacarte. – Daiki lo miró sorprendido ¿Qué se creía que era este Inoo? – tengo dinero, puedo pagar lo que cueste.
- ¿Y luego? ¿Viviremos juntos y me mantendrás? – Inoo iba a hablar pero Daiki siguió- No espera, luego nos enamoraremos y viviremos felices toda la vida.

Inoo iba a contestarle, él en ningún momento había pensado todo eso, solo quería ayudarlo por que le había caído bien. Pero antes de que pudiese hacerlo llegó Takaki con Yabu, el encargado del club.

- Inoo, es hora de irnos. – Inoo solo lo miró a la cara y se levantó.
- Espero que le haya gustado la visita señor, y que vuelva pronto – le dijo Yabu amablemente – ya nos ha comentado el señor Takaki que son muy buenos amigos, que sepa que si alguna vez viene, tendrá un trato especial.
- Gracias – le contestó Inoo con una reverencia.
- Oye Daiki, los de la mesa 3 dicen que vayas, ya se que ya ha acabado tu hora pero pagarán el doble.

Inoo que escuchó como Yabu le susurró eso a Daiki no pudo evitar mirar hacia la mesa tres, donde vio a dos hombres de unos cincuenta años medio calvos y bastante rellenitos. Cuando los vio un escalofrío recorrió la espalda y sintió lástima por Daiki. Vio como Yabu se volvía hacia Takaki y lo acompañaba hasta la puerta, él en cambio se dio media vuelta y se acercó otra vez a la mesa donde estaba Daiki y le dijo.

- Dile a Yabu que yo pago el triple.
- ¿Cómo? –preguntó Daiki no muy seguro de las intenciones de Inoo, cuando alguien pagaba esa suma de dinero era porque quería algo más que compañía.
- Le dices eso, que me acompañas a dar una vuelta y en cuando salimos te vas a casa.
- ¿Intentas salvarme de esos? – preguntó Daiki e Inoo solo sonrió - ¿Y mañana? ¿Vendrás a pagar el triple otra vez? Por que te aviso de que de ese tipo vienen cada día.
- ¿Por qué no aceptas ayuda? Tu mismo has dicho que no te gusta tener que estar con esa gente.
- Eso no significa que alguien al que no conozco pague una suma tan grande de dinero.
- Para mí no es tanto…
- Me da igual. Para mí sí lo es. Puedes quedarte con tu dinero – dicho eso, se levantó y se dirigió hacia la mesa donde estaban esos hombres, que al ver como Daiki se acercaba a ellos no dudaron en empezar a gritar.

Inoo se quedó parado, mirando como Daiki empezaba a hablar y a hacer el tonto como los otros chicos, pero decidió irse de allí. Se subió al coche donde lo estaba esperando su mejor amigo e ignoró la pregunta que le hizo preguntándole donde se había metido. Solo esperó a llegar hasta su casa en silencio.
En cuando llegó se encontró a su padre que se acaba de levantar ya que tenía una reunión de trabajo importante.

- ¿Te lo has pasado bien? – le preguntó su padre e Inoo le contestó afirmativamente con la cabeza. – me alegro. Buenas noches.
- Buenas noches. – pero antes de subir por la escalera se giró llamando a su padre - ¡Papa!
- Dime
- Ya sé que quiero por mi cumpleaños – su padre le sonrió- quiero que me compres un local, así aprenderé de economía.
- Está bien, mañana te enseñaré alguna que mis ayudantes me aconsejen.
- No - le contestó- quiero uno en especial. Se llama “Moonlight” y es un “Host club”
- ¿Y ese interés?
- Lo he visto esta noche de pasada, y me parece que es interesante gestionar un club de este tipo, puede ser un gran reto.
- Me parece bien. Hasta mañana.

Inoo inclinó su cabeza y se fue hacia la cama. Tal cual llegó se tumbó en la cama, y no se levantó hasta que dieron las tres del mediodía. En cuanto se levantó se encontró con un sobre, lo abrió y sonrió al ver el contenido. En el titulo ponía “Contrato de compra del Moonlight”.
Cerró el sobre y se fue a la ducha pensado en que esa misma noche iría a darle una visita a su nuevo local.



CONTINUARÁ...

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