Título: Rumores
Autor: Inuyka
Genero: Hetero
Pareja: Tú con ¿?
Capítulo: 2/2
Luego [1] cambió de conversación y decidí no darle más importancia al asunto. Salimos de la cafetería y nos dirigirnos hacia un parque al que solíamos ir cuando anochecía. De noche no solía haber niños en el parque y estábamos muy tranquilos.
Comos siempre nos sentamos cada uno en un columpio y empezamos a mecernos.
-Oye [3] – dijo de repente rompiendo el silencio.- sigue sorprendiéndome tu pregunta.
- ¿A que te refieres?
- A que… ¿Qué hubiera pasado si te hubiera dicho que sí estamos saliendo [2] y yo? – me sorprendí cuando me dijo eso y me empecé a poner nerviosa. ¿Y si en realidad salía y justo había decidido decírmelo?
- Pu… pues… supongo que se hubiera cumplido la regla de que los hombres a mí alrededor se vuelven gays. – [1] se rió un poco del comentario y luego habló.
- Bueno, supongo que un poco de razón sí tienes. – Yo me asusté y bajé los pies deteniendo el columpio al instante.
- ¿Qué quieres decir?
- Nada, da igual – dijo empezando a columpiarse de nuevo.
Pero yo no estaba satisfecha con su respuesta. ¿Cómo podía decirme algo así y hacer ver que no había dicho nada? Me levanté decidida y me puse delante suyo, haciendo que [1] tuviera que parar de balancearse antes de darme un golpe por estar en medio de su trayectoria, pero parándose justo delante mío.
En cuando se paró puse las manos en la cuerda que sujetaba la silla del columpio y miré fijamente a [1] a los ojos.
- No da igual, -dije yo muy seria - ¿a que te refieres?
- No debería decirlo… - empezó a decir [1]
- Pero ya has empezado – insistí yo, notando como se me empezaban a llenar los ojos de lágrimas, aunque los suficiente como para controlarlas dentro de mis ojos.
- A [2]… le gusta [6] – dijo al fin mirando al suelo.
- ¿Qué? – fue lo único que logré decir. – ¿Así que no te gusta él?
- Ya te he dicho que no… - dijo mirándome otra vez a los ojos – yo solo actuaba para darle celos a [6].
- ¿Y funcionó?
- Sí. Ya llevan tres perfectos días como pareja.
- Me alegro… - susurré yo haciendo que [1] volviera a sonreír dulcemente.
Y fue en ese momento que me dí cuenta de que [1] me había podido oír porque estaba muy cerca.
Le miré a los ojos y luego mi mirada fue descendiendo hasta posarse en sus labios, esos labios que desde hace tanto quería probar… “si tan solo tuviera el valor” pensé…
Pero como siempre hacía, en cuanto tenía una oportunidad me aparté lentamente bajo su mirada, me iba a girar, decepcionada de mi misma una ve más cuando recordé las palabras de [4], las que siempre me decía “¡Tienes que decírselo! Si no, no lo sabrás nunca”. Sonreí para mis adentros, porque después de contestarle que simplemente no podía hacer eso ella me contestaba “Pues… coges y lo besas”.
Nunca había pensado que pudiera hacerlo, simplemente no me veía capaz. O al menos hasta darme cuenta que me había encarado otra vez hacia [1] y rápidamente me acerqué hasta él y le di un suave beso en los labios. Tan suave y rápido que no sabía si podía convidarse beso o más bien roce de labios.
- Me alegro – volví a susurrarle al separarme.
Luego se me ocurrió darme cuenta de lo que había hecho y me sonrojé mientras me apartaba y le miraba a los ojos. Que obviamente eran de sorpresa e incluso confusión.
- Lo… siento… - dije empezando a ponerme nerviosa – yo no debí
Pero no pude terminar la frase, porque [1] mes estaba tirando del brazo y acercándome a él para volver a besarme mientras decía “¿Dónde vas?”.
Esta vez el beso si se podía considerar beso. Justo en cuando nos juntamos empecé a responderle el beso que se volvía más i más instante por momentos. El beso siguió hasta que tuvimos que separarnos para respirar.
- ¿Convencida?
- ¿De que?
- De que no me gusta [2] – dijo [1] – si no tú…
- M… no del todo – le contesté con una sonrisa pícara acercándome otra vez a él para besarle. Pero antes de poder hacerlo me abrazó por la espalda y me acercó más a él y me indicó que me sentara en sus piernas de cara a él.
- ¿Más cómoda?
Yo no le contesté, simplemente volví a besarlo.
Seguimos en esa posición, besándonos y dándonos caricias hasta que se hizo tarde y tuvimos que volver a casa. [1] decidió acompañarme a casa, y fuimos cogidos de la mano hasta que llegamos al portal. Allí me soltó para darme una caricia y darme un suave beso.
- Te quiero – dijo al separarse.
- Y yo a ti – le contesté.
- ¿Nos vemos mañana? – me preguntó con una sonrisa. Yo solo le puede afirmar con la cabeza. – Hasta mañana entonces – Y se volvió a acercar para darme otro suave beso.
Pero luego fue descendiendo hasta mi cuello y se detuvo allí un momento. Inspiró un par de veces, haciéndome estremecer, y luego lo besó repetidas veces hasta que noté como en una de esas veces dejaba una pequeña marca. Cuando se apartó me dio otro beso en los labios y luego se quedó quieto.
Entendí el mensaje al instante.
Esta vez era yo la que se acercó a su cuello y dejé una marca en él.
- ¡[1] marcado! – bromeé yo.
- Sip, propiedad de [3].
Luego me dio un abrazo y lentamente se fue hacia su casa
Yo entré en la mía y lo primero que vi encima de la mesa fue el portátil, dónde lo había dejado esa misma tarde antes de quedar con [1]. Lentamente lo abrí y miré el correo. En él había un montón de correos de mis amigas, que empezaban a estar preocupadas porque era tarde y nos les había dicho nada.
Así que me senté y me puse a escribirles un corto correo pero contundente.
Comos siempre nos sentamos cada uno en un columpio y empezamos a mecernos.
-Oye [3] – dijo de repente rompiendo el silencio.- sigue sorprendiéndome tu pregunta.
- ¿A que te refieres?
- A que… ¿Qué hubiera pasado si te hubiera dicho que sí estamos saliendo [2] y yo? – me sorprendí cuando me dijo eso y me empecé a poner nerviosa. ¿Y si en realidad salía y justo había decidido decírmelo?
- Pu… pues… supongo que se hubiera cumplido la regla de que los hombres a mí alrededor se vuelven gays. – [1] se rió un poco del comentario y luego habló.
- Bueno, supongo que un poco de razón sí tienes. – Yo me asusté y bajé los pies deteniendo el columpio al instante.
- ¿Qué quieres decir?
- Nada, da igual – dijo empezando a columpiarse de nuevo.
Pero yo no estaba satisfecha con su respuesta. ¿Cómo podía decirme algo así y hacer ver que no había dicho nada? Me levanté decidida y me puse delante suyo, haciendo que [1] tuviera que parar de balancearse antes de darme un golpe por estar en medio de su trayectoria, pero parándose justo delante mío.
En cuando se paró puse las manos en la cuerda que sujetaba la silla del columpio y miré fijamente a [1] a los ojos.
- No da igual, -dije yo muy seria - ¿a que te refieres?
- No debería decirlo… - empezó a decir [1]
- Pero ya has empezado – insistí yo, notando como se me empezaban a llenar los ojos de lágrimas, aunque los suficiente como para controlarlas dentro de mis ojos.
- A [2]… le gusta [6] – dijo al fin mirando al suelo.
- ¿Qué? – fue lo único que logré decir. – ¿Así que no te gusta él?
- Ya te he dicho que no… - dijo mirándome otra vez a los ojos – yo solo actuaba para darle celos a [6].
- ¿Y funcionó?
- Sí. Ya llevan tres perfectos días como pareja.
- Me alegro… - susurré yo haciendo que [1] volviera a sonreír dulcemente.
Y fue en ese momento que me dí cuenta de que [1] me había podido oír porque estaba muy cerca.
Le miré a los ojos y luego mi mirada fue descendiendo hasta posarse en sus labios, esos labios que desde hace tanto quería probar… “si tan solo tuviera el valor” pensé…
Pero como siempre hacía, en cuanto tenía una oportunidad me aparté lentamente bajo su mirada, me iba a girar, decepcionada de mi misma una ve más cuando recordé las palabras de [4], las que siempre me decía “¡Tienes que decírselo! Si no, no lo sabrás nunca”. Sonreí para mis adentros, porque después de contestarle que simplemente no podía hacer eso ella me contestaba “Pues… coges y lo besas”.
Nunca había pensado que pudiera hacerlo, simplemente no me veía capaz. O al menos hasta darme cuenta que me había encarado otra vez hacia [1] y rápidamente me acerqué hasta él y le di un suave beso en los labios. Tan suave y rápido que no sabía si podía convidarse beso o más bien roce de labios.
- Me alegro – volví a susurrarle al separarme.
Luego se me ocurrió darme cuenta de lo que había hecho y me sonrojé mientras me apartaba y le miraba a los ojos. Que obviamente eran de sorpresa e incluso confusión.
- Lo… siento… - dije empezando a ponerme nerviosa – yo no debí
Pero no pude terminar la frase, porque [1] mes estaba tirando del brazo y acercándome a él para volver a besarme mientras decía “¿Dónde vas?”.
Esta vez el beso si se podía considerar beso. Justo en cuando nos juntamos empecé a responderle el beso que se volvía más i más instante por momentos. El beso siguió hasta que tuvimos que separarnos para respirar.
- ¿Convencida?
- ¿De que?
- De que no me gusta [2] – dijo [1] – si no tú…
- M… no del todo – le contesté con una sonrisa pícara acercándome otra vez a él para besarle. Pero antes de poder hacerlo me abrazó por la espalda y me acercó más a él y me indicó que me sentara en sus piernas de cara a él.
- ¿Más cómoda?
Yo no le contesté, simplemente volví a besarlo.
Seguimos en esa posición, besándonos y dándonos caricias hasta que se hizo tarde y tuvimos que volver a casa. [1] decidió acompañarme a casa, y fuimos cogidos de la mano hasta que llegamos al portal. Allí me soltó para darme una caricia y darme un suave beso.
- Te quiero – dijo al separarse.
- Y yo a ti – le contesté.
- ¿Nos vemos mañana? – me preguntó con una sonrisa. Yo solo le puede afirmar con la cabeza. – Hasta mañana entonces – Y se volvió a acercar para darme otro suave beso.
Pero luego fue descendiendo hasta mi cuello y se detuvo allí un momento. Inspiró un par de veces, haciéndome estremecer, y luego lo besó repetidas veces hasta que noté como en una de esas veces dejaba una pequeña marca. Cuando se apartó me dio otro beso en los labios y luego se quedó quieto.
Entendí el mensaje al instante.
Esta vez era yo la que se acercó a su cuello y dejé una marca en él.
- ¡[1] marcado! – bromeé yo.
- Sip, propiedad de [3].
Luego me dio un abrazo y lentamente se fue hacia su casa
Yo entré en la mía y lo primero que vi encima de la mesa fue el portátil, dónde lo había dejado esa misma tarde antes de quedar con [1]. Lentamente lo abrí y miré el correo. En él había un montón de correos de mis amigas, que empezaban a estar preocupadas porque era tarde y nos les había dicho nada.
Así que me senté y me puse a escribirles un corto correo pero contundente.
“Teníais razón, se lo he preguntado. No es gay.
¡Estoy saliendo con él!”
Después de escribir eso me fui directamente a la cama, sabía que en poco rato ellas me contestarían pidiendo más explicaciones, pero de momento solo me apetecía irme a la cama, quería que llegara el día siguiente lo más rápido posible. Quería volver a ver a [1].
FIN
Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe imaginé que era Kei y... asdasdasdasdasdasdasdasdasdsadasd *muere desangrada*
Me ha encantado, tienes que hacer mas fics, me gusta como escribes ^^
k lindo gracias
ResponderEliminaryo en cambio pense q era daiki......ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh q kawaii.........!!!!!!
ResponderEliminarYo pensando que era Yuri-kuun *O* *¬* Morí al instante xDDD
ResponderEliminarATT:Está escribiendo mi espíritu è__é
asdasdasdadssds Yo morí pensando que era Ryutaro ;OOOO;!! <3333
ResponderEliminarGraias por el fic *w*