[Fic] Motto oshiete. Cap 2

Título: Motto Oshiete (enseñame más)
Autora: Inuyka
Pareja: Yamachii
Género: Lemon
Capítulo: 2/2 (siiiiii se acabó ¡chin pon!)
Comentarios: ¡¡¡Diosss sé que no os lo creeis pero lo he acabado!!! Me supero a mí misma XD En fin… lo que tenéis que aguantar… XD pobres, espero que al menos os haya gustado.
El siguiente fanfic que escribiré (aprovechando que no tengo mil trabajos por día ¬¬) es uno de “tu con ¿?” sobre temática de Halloween y luego sí me pongo con MoonLight y No more pain, lo prometo. Es que con estos dos estoy un poco más encallada… u.u Pero pensaré en ellos.
Ahora sí me dejo de tonterías y a por el fic~~

Al día siguiente se despertó con el ruido de su alarma, una canción que le había pasado Chinen de Arashi, Love so sweet.
Lo apagó con pereza y se fue a duchar con agua bien fría, era la única manera de despertarse, si no, iría dormido hasta la oficina, y ya le había pasado un par de veces que se había pasado de parada en el metro.
Una vez llegó a la oficina fue hasta su sala, allí no había nadie, dudó que se hubiera equivocado, él no solía ser el primero. Salió un momento fuera y miró el papel, sí allí ponía que era para Hikaru, Chinen y él. Ya que hoy grababan el School Kakumei.
Dejó su mochila sobre una silla y decidió ir un momento al baño.
En cuanto entró decidió lavarse la cara, seguía medio dormido. Se llenó las manos de agua y se agachó un poco para evitar perder el mínimo de agua en el trayecto. El agua le sentaba bien, se sentía relajado y renovado; pero eso no evitó que se asustara y pegara un pequeño bote al ver a Chinen apoyado en un cubículo con una sonrisa en la cara.

- Buenos días – le dijo Chinen sin dejar de sonreír.
- Buenos días, me has asustado – dijo con una mano sobre su corazón. Realmente Chinen lo había sorprendido, había sido muy silencioso.
- ¿Qué tal ayer? – dijo convirtiendo su dulce sonrisa en una un poco más pícara.
- Pu… pues bien – dijo Yamada nervioso apartando la mirada y fijándola en el chorro de agua que seguía cayendo por le grifo.
- ¿Por qué apartas la mirada? – preguntó Chinen divertido al darse cuenta – Lo que hiciste es normal.
- Ya… bueno… - genial ahora sí que se había quedado sin palabras y seguía sin atreverse a mirar a Chinen.
- Yamachan… - dijo Chinen mientras se acercaba lentamente hacia su amigo.

Yamada al oír los pasos de Chinen se puso tenso. No sabía porque estaba tan nervioso, pero después de conocer la nueva faceta de su amigo tenía miedo de lo que le podía estar pasando por la cabeza de su pequeño amigo. Si ya estaba tenso solo con oír sus pasos cuando notó como Chinen lo abrazaba desde la espalda se puso peor.

- ¿Chinen?
- Dime – dijo susurrando prácticamente al lado de la oreja de Yamada. – Estás un poco nervioso… ¿Por qué? – Y sin esperar a que pudiera decir algo lamió suavemente su cuello.
- ¿Qué-que haces? – dijo Yamada sin moverse pero apartando por fin la vista del agua y, a través del espejo, mirando a Chinen.
- Te intento tranquilizar – dijo dando otra lamida – no me gusta verte así de tenso.
- Pe-pero…- insistió Yamada

Iba a decir algo más pero un suave mordico, por parte de Chinen lo hizo callar. Un escalofrío le recorrió la espalda, pero esta vez no de nervios o de miedo, si no de placer.
Inconscientemente Yamada dejó de quejarse y empezó a dejarse hacer.
Mientras Chinen volvía a lamer una y otra vez su cuello, Yamada iba cerrando los ojos lentamente para disfrutar del contacto. Chinen bajó sus manos y las coló, una a una, dentro de la camiseta de Yamada. Sabía que eso estaba mal, pero en ese momento lo único que quería era seguir sintiendo las suaves caricias que le proporcionaba Chinen.
De un momento a otro, empezó a emitir leves sonidos, mientras notaba como un pequeño bulto aparecía en sus pantalones y poco a poco se iba haciendo más grande.
Eso no pasó desapercibido para Chinen, que con una sonrisa bajó una mano desde el torso de Yamada hasta la hebilla del cinturón. La desabrochó y luego hizo lo mismo con el botón del pantalón en unos instantes con gran destreza y coló su mano dentro de los pantalones. Empezó a acariciar lentamente por encima de la ropa interior de Yamada encontrando rápidamente el miembro de Yamada que pedía ser atendido de inmediato. Y eso hizo.
Palpó para buscar donde estaba la punta y cuando la encontró la apretó suavemente, provocando un gemido en Yamada, que al darse cuenta se tapó la boca con la mano para evitar que cualquiera lo oyera desde fuera del baño.

Fue entonces que Yamada se dio cuenta de que cualquiera podía oírlos, o peor, cualquiera podía entrar en el baño y encontrárselos allí, ocupados. Intentó separar a Chinen, pero no tenía muchas fuerzas así que decidió hablar.

- Chinen… cualquiera puede entrar… pa-para por favor… - dijo entrecortadamente ya que Chinen había pasado a acariciar su miembro por debajo de la ropa interior.
- ¿Estás seguro que quieres que pare? – dijo al lado de la oreja de Yamada seductoramente.
- Creo que sí…
- Creo, no significia seguro. – le quitó la mano de dentro del pantalón y tiró de Yamada hasta entrarlo dentro del cubículo más cercano. – Ven.

Entraron en el cubículo y Chinen cerró detrás de sí con el cerrojo. Hizo que Yamada se apoyara contra la pared y lo miró con una sonrisa. Acabó de abrir la cremallera del pantalón de Yamada y colocó las manos sobre el pantalón de este.
Y ahí estaba otra vez la conciencia de Yamada, que al no tener a nadie trabajando en su miembro hacía acto de presencia.

- ¿Qué vas a hacer? – dijo Yamada intentando parecer serio y tranquilo.
- Enseñarte más cosas, ¿o no te ha gustado lo que has aprendido hasta ahora? – Dijo con una sonrisa lasciva que hizo mandar lejos a la conciencia de Yamada.

De un solo tirón bajó los pantalones y la ropa interior de Yamada hasta prácticamente el suelo. Volvió sus manos hasta el miembro, ya erecto de Yamada, y empezó a masajearlo desde la base hasta la punta lentamente.
Chinen lo miró a los ojos un instante y se agachó lentamente encarándose al miembro de Yamada. Sin pensárselo mucho se lo introdujo en la boca y empezó a lamer su extremo, sacándoselo de vez en cuando para poder lamerlo todo.
Yamada se tiró más para atrás y se intentó apoyar en la pared para no caerse al suelo, del placer que le proporcionaba Chinen las piernas le temblaban y le daba miedo que de un momento a otro le pudiesen fallar.
Mientras Chinen seguía con su trabajo, Yamada no podía dejar de mirarlo atentamente. Ver como Chinen, se introducía lo máximo que podía su miembro en la boca era una imagen mucho más sensual de lo que se podía haber imaginado él solo la noche anterior con el pepino; y más si añadía el placer que le estaba proporcionando el pelinegro.
El movimiento de Chinen fue gradualmente a más, junto con la respiración de Yamada, que se iba incrementando poco a poco mientras iba soltando leves gemidos que intentaba callar con su mano, pero que no acababa de lograr.
Con la mano libre, fue a acariciar el pelo de Chinen y sin darse cuenta de lo que hacía empezó a marcarle el ritmo, a pedirle más y más. Hasta que al final se corrió en la boca del menor, que no dudó en tragárselo todo y deleitarse con la semilla de Yamada.

Yamada cerró unos instantes los ojos para intentar normalizar su respiración. Si lo pensaba, lo que acababa de hacer con su amigo no era muy común, pero le había encantado y no se arrepentía para nada.

Chinen se levantó lentamente y con una sonrisa le preguntó.

- ¿Te ha gustado? – Yamada solamente pudo afirmar con la cabeza – Bueno deberíamos volver al camerino o Hikaru se va a extrañar. Iré tirando yo, te veo allí.

Y como si no hubiera pasado nada, Chinen salió del baño dando pequeños saltitos, dejando allí a Yamada en silencio e intentando asimilar lo que acababa de pasar. Al cabo de unos minutos logró volver en sí, y decidió que ya era hora de volver al camerino; se subió los pantalones y salió fuera para lavarse de nuevo la cara. Salió del baño y se dirigió al camerino. Por suerte en todo ese rato no había venido nadie al baño…

Cuando entró en el camerino se encontró a Hikaru mandando un mensaje con el móvil sentado en el sofá y a Chinen en la otra punta leyendo un manga.
Hikaru lo saludó con una sonrisa, al igual que hizo Chinen, como si no se hubieran visto esa mañana, hacía unos minutos y decidió sentarse al lado de Hikaru, que seguía jugando con el teléfono.

Yamada como no sabía qué hacer o decir decidió coger una revista del revistero y empezar a ojearla. Ojearla porque por mucho que lo intentaba no lograba sacarse las imágenes de lo que acababa de ocurrir y de mirar a Chinen, que parecía que él sí lo había logrado.
Ya llevaban más de diez minutos en la silencio dentro de la sala y Chinen no se había dignado a mirarlo ni una sola vez, y eso ya estaba empezando a inquietar a Yamada.
Cansado de esperar cogió su teléfono y le mandó un mensaje corto pero contundente. “¿Me vas a enseñar más?”. Al cabo de pocos instantes oyó como el móvil de Chinen vibraba y éste lo cogía y leía el nuevo mensaje con una sonrisa en la cara.
De repente Chinen se levantó estruendosamente uy fue a sentarse entre él y Hikaru.

- Yama-chan, ¿esta tarde vas a venir a casa a estudiar?
- ¿A estudiar? – preguntó sorprendido Yamada, que él supiera no tenía ningún examen.
- ¿Tenéis examen mañana? – intervino Hikaru.
- Si, de biología – sonrió Chinen primero hacia Hikaru y luego clavando la mirada en Yamada.

Yamada entendió al instante el mensaje subliminal de Chinen. Y avergonzado, pero seguro afirmó con la cabeza. Si le iba a enseñar cosas como lo que le había enseñado hasta ahora iría las veces que fuera necesario.

El resto del día pasó bastante rápido; tuvieron la grabación del School Kakumei, que les ocupó gran parte del día y luego se fueron a sus casas. Bueno Hikaru se fue a la suya y Yamada y Chinen a la del último.
Durante todo el camino estuvieron hablando de tema triviales, como las asignaturas de la escuela o la próxima grabación del Shounen Club, donde por cierto, les había tocado juntos otra vez.

En cuanto llegaron, Chinen lo llevó hasta su habitación y una vez allí se sentó sobre la cama tranquilamente. Yamada se quedó depie a su lado esperando a que el menor hiciese o dijese algo.

- Bueno, ¿vamos a estudiar? – dijo Chinen cortando el hielo
- Eh… no tenemos examen…
- ¿A no? Entonces… ¿Por qué has venido a casa?
- ¿Chi? – dijo confundido Yamada.
- He he he- rió pervertidamente Chinen antes de alargar su brazo y tirar de la camiseta de Yamada provocando que cayese encima de Chinen sobre la cama. – ¿Sabes Yama-chan? Esta mañana yo te he hecho un favor pero… - dijo mientras rozaba los labios de Yamada al hablar – tu no me has devuelto el favor.

Yamada al oír eso y al volver a ver el lado pervertido de Chinen sonrió ampliamente y acortó el espacio que había entre los dos volviéndolo inexistente.
Desde el primer momento, Yamada introdujo su lengua en la cavidad de Chinen, explorándola toda por primera vez, ya que aunque por la mañana habían tenido ese “encuentro” no se habían besado.
Chinen se dejó hacer y se concentró en saborear la lengua de su amigo, que se movía maestramente en su boca, sin pelear por quien tenía el control, ese era Yamada y a Chinen le gustaba mostrarse sumiso.

Pronto fue el mismo Yamada el que empezó a acariciar por debajo de la camiseta de Chinen y éste no tardó en imitarlo, pero bajando rápidamente hasta el cinturón que esa mañana había quitado. Como había hecho horas antes lo desabrochó con facilidad al igual que los pantalones e introdujo una mano dentro de ellos. Yamada suspiró ante el contacto de la mano de Chinen contra su miembro y decidió que él también quería palpar el miembro de su amigo. Bajó las manos con lentitud y le desabrochó el pantalón bajándoselo directamente.
Dejó de besar a Chinen y se dirigió hacia el miembro del moreno, antes le había pedido atención, pues se la daría. Empezó a lamer por encima de la tela de la ropa interior arrancándole suaves gemidos a Chinen, que pronto suplicó por más.
Yamada le bajó los bóxers y cogió el miembro ya erguido de su amigo. Empezó a lamerlo lentamente desde la base hasta la punta y allí, dándole especial atención, de vez en cuando se la introducía en la lengua. Al cabo de poco se la introdujo del todo y empezó con un movimiento de vaivén. Nunca había hecho algo así, pero él también era un hombre y suponía las cosas que podían gustarle a Chinen.

- M… Yama… ya… para… - suplicó Chinen entrecortadamente.

Pero Yamada en vez de detenerse lo que hizo fue aumentar más y más el ritmo de sus movimientos provocando que pronto Chinen se corriera dentro de su boca. Intentó tragárselo todo, pero se le escapó un poco por la comisura del labio.
Cuando Chinen lo vio, se acercó a él con una sonrisa y le lamió sensualmente su propia semilla.

Yamada le sonrió dándole las gracias y volvió a acomodar a Chinen tumbado sobre la cama. Llevó tres dedos a su boca y los lamió lentamente. Sabía lo que tenía que hacer a continuación.
Primero introdujo un dedo en Chinen pero al ver que prácticamente el menor no se inmutaba optó por introducir un segundo dedo desde el principio.

- Vaya Yama-chan… pensaba que preferías ser el pasivo, ¿no te gustó el pepino?
- ¿No te gusta a ti ser el pasivo? – preguntó Yamada remarcando el “a ti”.
- M… sí eres tu, me encanta… - dijo Chinen retorciéndose de placer ya que Yamada estaba moviendo circularmente sus dedos dentro suyo.

Yamada al ver como Chinen estaba disfrutando no se lo pensó más, sacó los dos dedo e ignorando el tercero se introdujo de golpe en Chinen. Chinen al notarlo de golpe dejó escapar un pequeño grito pero completamente de placer.
Una vez estuvo dentro empezó a moverse lentamente pero con embestidas profundas.
Chinen le ayudó moviendo la cadera, quería sentirlo más, y más adentro, así que al final optó por cambiar de posiciones y colocar a Yamada debajo suyo y él sentando encima de su miembro. Empezó con movimientos lentos, como había hecho anteriormente Yamada pero acabó dando pequeños saltos encima suyo. Yamada por su parte, lo tenía cogido por la cintura y le ayudaba a moverse mientras marcaba el ritmo.
Chinen estaba todo sudado y notablemente cansado pero aún y así no dejo de moverse a un ritmo desenfrenado hasta que logró su cometido. Pocas embestidas más y Yamada se corrió dentro suyo y él pocos instantes después entre los dos cuerpos.
Estuvieron en esa posición hasta que las respiraciones se normalizaron un poco.
Se miraron en silencio y Yamada se incorporó para llegar a darle un suave beso. Después del beso se miraron con una sonrisa y Chinen se apartó provocando que Yamada saliera de su interior.
Ambos cayeron agotados sobre la cama, uno al lado del otro, pero el primer que se volvió a mover, para incorporarse, fue Chinen.

- ¿Donde vas? – preguntó con pena Yamada, ¿Ya estaba? ¿Para lo quería Chinen? ¿Solo para satisfacer sus necesidades sexuales? En los ojos de Yamada podía reflejarse la decepción, aunque ni él estaba seguro del porque.
- Solo voy al baño – dijo Chinen con voz dulce mientras le acariciaba la cara suavemente - ahora vuelvo.

Chinen se levantó y se fue al baño, pero al cabo de unos minutos volvía a estar sentado encima de la cama. Yamada en cuanto lo vio, lo cogió del brazo y tiró de él provocando que Chinen cayera prácticamente encima suyo. Lo colocó a su lado y lo tapó suavemente con la manta. Cuando hubo acabado lo abrazó y se acurrucó a su lado.
Ante toda esa muestra de cariño Chinen no pudo evitar sonreír.

- No me iré más al baño tranquilo. – dijo Chinen mientras acariciaba el pelo de Yamada divertido por la actitud del mayor.
- Más te vale – dijo Yamada en forma de puchero mientras se acercaba aun más al menor.

Chinen dejó de tocarle el pelo y abrazó a Yamada para dormir, después de toda esa actividad estaba muy cansado.

- Y dime Chinen, ¿te ha gustado lo que he aprendido? – dijo Yamada de repente antes de dormirse curiosamente.
- ¿Tu qué crees? – dijo irónicamente. – Eres un buen alumno.
- ¿De verdad?
- Sí, tanto que incluso me gustaría monopolizarlo. ¿Tú que opinas?
- ¿A qué te refieres?
- A… que creo que te estoy pidiendo que salgas conmigo, ¿Qué te parece?

Yamada se quedó anonadado mientras cerraba los ojos una y otra vez, ¿Había escuchado bien?
Hacia unos días ni se le hubiera pasado por la cabeza que eso pudiese suceder y ahora ¡Chinen le pedía que fueras su novio!

No sabía con certeza porque su corazón estaba latiendo tan rápido de repente. Lo único que tenía claro era que lo que acababa de hacer con Chinen le había gustado, que quería mucho a su amigo e incluso eran mejores amigos, pero…¿Cómo algo más que amigos?
Pero sin saber exactamente como se encontró a sí mismo afirmando con la cabeza.
Chinen le sonrió y le abrazó de nuevo mientras, para luego darle un suave beso y apoyarse en su pecho desnudo para cerrar los ojos lentamente y caer en un profundo sueño. Yamada le imitó, cerró los ojos y en menos de dos minutos ya estaba en los brazos de Morfeo.

*** ***

Esa misma noche por el centro…
- ¡Yuto! – exclamó Hikaru sorprendido por haberse encontrado a su amigo allí.
- ¡Hola Hikaru!
- ¡Oye! ¿Tú no tendrías que estar estudiando?
- ¿Estudiar? ¿El que?
- Tu examen de mañana
- ¿Qué examen?
- Biología…
- Yo no tengo examen de biología… de hecho lo tuvimos hace unos días…

FIN