Éste es un fanfic en que la historia trata sobre tí, con tu JUMP favorito, pero para hacerlo primero tienes que seguir las siguientes instrucciones: AQUÍTítulo: Lo bien que va estudiar con tu mejor amigo
Autor: Inuyka
Genero: Hetero
Pareja: Tú con ¿?
Capítulo: One shot
[1] ->Tu nombre
[2] -> El nombre del chico que te gusta
[3] -> Asignatura que se te da especialmente bien
[4] -> Un mote divertido tuyo
[5] ->El nombre de alguien putón de Hey!Say!JUMP
LO BIEN QUE VA QUEDAR CON TU MEJOR AMIGO PARA ESTUDIAR [3]
- Oye [1] de verdad que no entiendo esto – me dijo [2] con una sonrisa
- Bueno… es que es difícil de explicar…
- ¡Suerte que has aceptad estudiar conmigo [1]! Si no, no se como aprobaría [3]…
- Pues como siempre hasta ahora, haciéndole caritas bonitas a la profesora – le contesté yo
- Eso son, rumores, solo rumores – me dijo él sacándole importancia.
- [2], que nos conocemos ¿eh?
Suspiré y empecé a explicarle todo el temario de [3] desde el principio, si no nunca iba a entenderlo todo. A veces [2] parecía tonto, aunque bueno, tampoco podía culparlo ya que con todos los ensayos que tiene con su grupo Hey!Say!JUMP, falta mochos días a clase.
- ¡Vale! Creo que ya lo entiendo – exclamó [2] contentó – ¡[1] podías ser profesora! ¿Te lo has planteado nunca?
- Eh… pues no la verdad. Pero no es que se me de bien explicar, tu lo entiendes rápido.
- ¿Si verdad? – me dijo [2] para seguirme la broma
-¡Oye! Tampoco hace falta chulear tanto…
- Vale, vale, no te enfades [4] – me dijo mientras me daba golpecitos en la mejilla con la punta del dedo índice.
- ¡[2]! Te he dicho que no me llames así – le dije yo mientras le apartaba el dedo con mi brazo
- Perdón – me dijo con una sonrisa mientras se acercaba peligrosamente a mi cara.
- ¡Y aléjate! – exclamé mientras lo separaba de mí – ya sabes que esos trucos no funcionan conmigo, vete a ligar con cualquier otra chica
Ya estaba otra vez, siempre estaba haciendo bromas, intentando besarme como un juego y cinchándome diciéndome que él me gustaba. Y en verdad era una cosa que me daba mucha rabia, porque tenía razón.
Aunque también sabía perfectamente que yo no le gustaba a él, si no, no andaría con todas esas chicas, ni quedaría con ellas, ni se besaría con ellas, ni…
Me sacudí la cabeza, no quería ni pensar en ello, porque además de saberlo por otras personas, yo tenía la suerte de ser la mejor amiga de [2], y por lo tanto me lo contaba todo, todo y todo, sin dejarse ningún detalle de los encuentros que tenía con las otras. Y en verdad dolía, y mucho.
- Yo creo que sí funcionan – me dijo él volviéndome a traer a la realidad con una sonrisa pícara.
- No – dije yo.
- Sí
- No
- ¿Que te apuestas?
- ¿Qué clase de juego piensas que es? – dije yo mientras me levantada enfadada.
Cuando vio que me levantaba, dejó de sonreír y puso una cara más seria.
- Te… ¿te has enfadado?
- No, - le mentí – voy a buscar algo de beber – y salí de la habitación cerrando la puerta con fuerza.
Una vez estuve en la cocina empecé a maldecir a [2] de mil formas distintas. Claro que funcionaban sus estúpidos trucos, al igual que le funcionaban con todas. Y por eso mismo no quería caer, no quería ser otra chica a la que apuntara en su interminable lista de ligues para después compararla con la de [5].
Cuando volví a subir [2] estaba estudiando otra vez, no quise interrumpirlo así que le dejé el vaso con el zumo al lado y me puse yo también a estudiar.
- Sabes [1] – empezó a decir al cabo de un poco – a veces he llegado a pensar que eres homosexual.
- ¿QUEEEEE? – le dije yo levantando la cabeza
- Bueno, nunca has estado con hombres y…
- Sí he estado con hombres aunque no lo voy anunciando como tu.
Genial, ahora el chico que me gustaba se pensaba que yo era lesbiana.
- ¿De verdad? – me dijo él un poco sorprendido. Yo solo afirmé con la cabeza – pe.. Pero no estas saliendo con ninguno ¿verdad?
- Ahora mismo no.
- ¿Y no porque no sales con alguno? - insistió
- [2] no todos tenemos la suerte de estar con quien queremos – genial, ya se me ha escapado
- No será… -empezó a decir mientras se juntaba más a mi – que te gusto yo… - justo cuando acabó al frase puso su mano derecha en mi rodilla y empezó a subir a través de la pierna.
Yo me quedé sin palabras, no sabía que decir. Quería pararle pero mi cuerpo no me respondía. Noté como poco a poco me ponía roja, mientras que [2] desplazaba la mano hasta más arriba de la pierna.
- ¡[2] para! – le dije al final, a lo que él sacó su mano inmediatamente.
- Por lo roja que te has puesto no creo que hayas estado con muchos hombres… de hecho… dudo que hayas estado con ninguno.
- Que sí
- Demuéstramelo
- ¿Cómo? – le dije yo mientras me tranquilizaba
- Bésame
- ¿Eh? – adiós a mi tranquilidad de nuevo
- Depende de cómo beses sabré si mientes o no.
- No voy a hacer eso, no tengo por que hacer eso – dios, notaba como me ardían las mejillas y eso era algo que me pasaba cuando estaban rojas.
- ¿Tienes miedo de que te guste? – me dijo con voz seductora
- N… no
- ¿Entonces?
Me paré un instante a pensar, esa tarde estaba actuando más raro de lo normal. Normalmente me hacía una broma o dos pero no todo el rato. Luego recordé una vez que se cayó encima e hizo ver que me iba a besar, cuando cerré los ojos se apartó y estuvo una semana burlándose de mí porque me pensaba que lo iba a besar, así que supuse que esta vez iba a pasar lo mismo.
No me iba a besar solo a asustarme, así que decidí que esta vez iba a ser yo la que lo asustara.
- Vale – le contesté al final.
- Cierra los ojos – me dijo – así es más bonito.
Yo le hice caso y esperé mientras notaba que él se inclinaba hacia mi, noté como me cogía un brazo. Yo estaba temblando de los nervios, aunque sabía que no me iba a besar, y estuve temblando hasta que noté que lo tenía a unos milímetros de mi boca, básicamente porque notaba su respiración en mis labios. Era el momento ideal de abrir los ojos y asustarle, pero cuando los iba a abrir oí que susurraba.
- He esperado mucho tiempo para hacer esto.
Cuando lo oí abrí mis ojos rápidamente, pero no pude decir nada porque él ya me estaba besando. Me quedé unos instantes inmóvil, notando como él empezaba a mover sus labios, pidiéndome una respuesta. No se exactamente como pero cerré los ojos y le empecé a devolver el beso, que a cada segundo que pasaba se hacía más apasionado. Pronto noté como su mano derecha, que hasta entonces tenía sujeto mi brazo ahora se paseaba libremente por mi espalda, mientras con la otra mano, me tenía cogida de la cintura y me atraía más a su cuerpo.
Cuando se acabó el aire y nos separamos, yo seguía con los ojos cerrados, tenía miedo a ver su reacción.
- ¿Te ha gustado? – me dijo él haciendo que abriera los ojos poco a poco y encontrándomelo con una sonrisa.
- No ha estado mal – en verdad, ha sido el mejor beso de mi vida, pensé - ¿y que ahora te crees que haya estado con más hombres o no?
- Bueno, es relativo, lo has hecho muy bien, esto no te lo voy a negar, pero al verdad es que he estado con algunas chicas que no habían besado nunca y lo hacían sorprendentemente bien.
Muy bien [1], conseguido, acabas de pasar a ser otra de sus chicas.
- ¡Pero te apruebo! ¡Te pongo un nueve!
- ¿A todas les pones nota? – pregunté yo incrédula
- Solo a algunas
Perfecto, no solo era una más del montón que encima tenía hasta nota. Noté como mis ojos se empezaban a llenar de lágrimas que peleaban por salir, y también noté como [2] lo veía, ya que cambió totalmente su expresión.
- Yo… - me levanté sin decir nada más, tenía que salir de ahí antes de que me viera llorar, pero en cuando me levanté [2] me cogió del brazo.
- ¿[1]? – preguntó con miedo, yo estaba de espaldas a él y no le dije nada - ¿e…estas bien?
- Sí, solo voy al baño – le dije yo mientras se me empezaban a escapar las lagrimas y rodaban por mis mejillas
- ¿Entonces por que no te giras? – no le contesté simplemente seguía tirando, pero [2] tenía más fuerza que yo - Gírate
- No
- Por favor – noté la suplica en su tono de voz pero no le hice caso
- He dicho que no ¿suéltame!
En ese instante di un tirón muy fuerte y me solté de su agarre iba salir rápidamente de la habitación, pero él fue más rápido, en el tiempo en que me dirigía a la puerta y la abría [2] se había levantado, situado detrás de mí y de un empujón volvió a cerrar la puerta. Para que no me escapara puso sus brazos haciendo de barrera y yo me quedé entre [2] y la pared.
- [2] déjame ir al baño…
- No – yo no dije nada, solo esperaba que se cansara y me dejara salir - ¿Por qué lloras [1]?
- No estoy llorando – mentí. Él no dijo nada y solo me abrazó por la espalda, rodeándome con sus dos brazos.
- Lo… lo siento si he hecho algo que te molestara yo… de verdad no era mi intención – yo seguía llorando en silencio – vamos sabes lo mucho que te quiero nunca haría nada adrede que te doliera…
Yo no podía parar de llorar, no solamente por lo que había dicho unos instantes atrás, si no, porque me daba cuenta que él jamás llegaría a verme como yo lo veía a él. Como más que un amigo…
Poco a poco me fue girando hasta encontrarnos cara a cara, me secó con cuidado las lágrimas con sus manos, pero al ver que mucho que las secara había otras que caían por el mismo sitio las dejó y me volvió a abrazar.
- Lo siento… - murmuraba una vez más, mientras me acariciaba el pelo. Yo no pude hacer nada más que abrazarlo fuertemente y seguir llorando.
Al cabo de unos minutos me tranquilicé y dejé de llorar, él me llevó hasta mi cama y me sentó allí. Yo miraba al suelo sin decir nada y sabía perfectamente que él no paraba de mirarme echándose la culpa de todo, cuando en verdad él no la tenía. Él no tenía la culpa de que me gustase y yo no gustarle a él
- Perdón – le dije yo al final
- ¿Qué? –dijo él sorprendido - ¿Por qué me pides perdón? Soy yo el que te ha hecho llorar. Tu no tienes que pedirme perdón, soy yo…
- Pero es que… - la verdad no sabía que decirle.
[2] se sentó a mi lado y me sonrió dulcemente, sacándome una sonrisa a mi al instante.
- No te debería haber comparado con ninguna otra chica – yo suspiré y no dije nada, noté como mis ojos me volvían a traicionar – tu no eres como ellas tu eres especial tu… - con su mano me limpió la lágrima – tu… - hizo una pausa y me miró a los ojos – tu… tu eres mi mejor amiga ¿verdad?
- ¡Y ese es el problema! – espeté, ya no aguantaba más - ¡no quiero ser tu mejor amiga! – él me miró con miedo – quiero ser algo más que eso ¿no lo entiendes [2]? Tu… tu…
Antes de decir la palabra clave me quedé sin aire, ¿le había dicho todo eso y ahora no me atrevía a decirle que le quería? Miré un instante a [2] y me lo encontré con cara de sorpresa, aunque esa cara se le fue de seguida, fue sustituida por una alegre. De repente se acercó a mi, yo me quise echar para atrás pero caí de espaldas en la cama.
[2] no lo dudó y se puso encima mío.
- Que yo te ¿qué? – me dijo muy cerca – dilo - susurró
- Tú me… gustas.
Ante eso [2] no se hizo esperar y me besó, era un beso parecido al de antes pero con mucho más cariño, y en resumen mucho más bonito. Cuando nos separamos volvió a hablar.
- Me alegro por que tu también me gustas.
Esta vez fui yo la que me acerqué y le besé. Después de ese beso, vino otro, y otro y unos cuantos más hasta que le sonó el teléfono. Tuvimos que separarnos, [2] tenía que contestar ya que seguramente sería del trabajo
- ¿Diga?... sí… ¿ahora?... la verdad es que sí [5] un poco ocupado… ¿eh? Bueno… vale… hasta ahora. – colgó el teléfono con desgana y se giró para hablarme – me tengo que ir… [5] dice que tenemos reunión…– yo solo asentí.
Quería preguntarle en como se iba a quedar todo aquello pero me daba miedo. Al final fue [2] quien habló primero.
- [1] antes de irme quiero preguntarte una cosa.
- Dime
- ¿Quieres salir conmigo? – yo dudé unos instantes, claro que quería salir con él pero me daba miedo de que él no sintiera lo mismo que yo, porque si empezábamos a salir y luego se encaprichaba de alguna otra… - se que es muy repentino pero [1], de verdad hace tiempo que me gustas, y mucho. Y después de lo que ha pasado… no quiero dejarte escapar.
- Pero… y ¿tu lista? Quiero decir, si te gustaba, porque estabas con otras.
- Para empezar no eran tantas, exageraba un poco bastante para darte celos – y lo conseguiste, pensé- y con las que realmente estaba… bueno, ¿despecho? Sí sentía algo por ellas, pero ni la mitad de lo que siento por ti. Lo, que pasa es que nunca se me hubiera ocurrido que me correspondieras, y no quería romper nuestra amistad… ¿Qué me dices?
Ante esa explicación me quedé más que satisfecha y me tiré encima suyo abrazándolo y besándolo. Contestándole a su pregunta sin palabras.
Después se fue y al cabo de media hora recibí un mensaje de [5]:
“Estarás contenta, [2] ha venido con su lista de chicas y la ha roto en mi cara. Luego ha cogido otra y ha apuntado [1] en grande diciendo que desde ahora no iban a haber más listas. Ahora no tengo con nadie con quien competir, y va a ser aburrido.
PD. Pero en el fondo me alegro por vosotros, felicidades”
FIN